La fotografía nos ha permitido mirar el mundo a través de otros ojos, nos ha hecho posible acercarnos a un tiempo pretérito, que se nos revela lejano y familiar, a partes iguales. Porque las imágenes que el mundo contiene son también nuestro legado y de él extraemos un tiempo que ya no nos pertenece, pero que nos alienta a proyectarnos hacia adelante.
Con el deseo de rendir homenaje a una de las voces más lúcidas y significativas del periodismo en nuestro país –en 2021 fue merecedora del Premio Nacional de Fotografía, además de muchos otros galardones–, la Fundació Vila Casas celebra, con la complicidad del Ajuntament de l’Escala, la exposición Piedra, mármol... cielo y mar, un vuelo transoceánico que sigue los pasos de los catalanes que hicieron las Américas. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Pilar Aymerich ha fijado la mirada en los cementerios, espacios de silencio donde la expresión plástica esculpe, con desafiante elegancia, el descanso eterno.