El 25 de octubre de 1971, Pablo Picasso cumplió noventa años. Por esta razón, tanto en Madrid como en Barcelona se puso en marcha una campaña que tenía como objetivo celebrar la figura del artista. Esta conmemoración fue percibida por ciertos sectores como un elogio a la subversión y al antifranquismo que se atribuía a su persona, y por ello determinados grupos de ultraderecha llevaron a cabo una serie de atentados contra el nombre de Picasso. Fueron destruidos los grabados de la “Suite Vollard” que la galería Theo de Madrid exhibía en homenaje al artista, se atentó contra librerías –Antonio Machado, Visor o Cinc d’Oros, por ejemplo– porque celebraban la figura del pintor en sus aparadores, y se prendió fuego a la galería Taller de Picasso de Barcelona.
A raíz de estos hechos y, sobre todo, tras el incendio que destruyó la galería Taller de Picasso, el joven galerista Santiago Palet tuvo la idea de organizar un homenaje de desagravio al pintor. Artistas visuales, músicos, escritores y personalidades del cine y del teatro fueron invitados a crear un tapete –una pieza de algodón orlada con una puntilla– dedicado a Picasso. Un año más tarde, estas obras fueron expuestas en Vallauris en la muestra 1er. Rencontre International d’Hommage à Picasso. Connotada políticamente como una acción de oposición a la violencia, la exposición demostró la indignación del mundo del arte frente el ultraje al artista, así como la frustración provocada por la actitud oficial que permitía esos ataques.
La extraordinaria colección adquirida por la Fundació Vila Casas fue presentada por primera vez en el año 2022 en los Espais Volart de la mano de su comisaria, Nadia Hernández. Dos años después, la muestra itinera a Burgos, en la Casa del Cordón. A finales de septiembre, se podrá ver de nuevo los 281 tapetes, firmados por artistas como Joan Brossa, Eduardo Chillida, Sonia Delaunay, Equipo Crónica, Joan Miró, Pablo Neruda y Antoni Tàpies, entre otros.
La exposición Objetivo Picasso, comisariada por Nadia Hernández, ha sido adaptada para la ocasión por Javier del Campo, director de Arte de la Fundación Caja de Burgos y responsable curatorial del CAB (Centro de Arte Caja de Burgos) y el Cultural Cordón.