A través de la combinación de pintura, escultura e instalación, el artista Mario Pasqualotto (Barcelona, 1953) concibe su obra como una exploración de la metamorfosis, el paso del tiempo, la fragilidad y la muerte como condición de la existencia.
Impresionado por la bóveda de la capilla de los Scrovegni de Giotto, el artista selecciona tres de los elementos esenciales del famoso fresco del florentino y los lleva al terreno de lo contemporáneo: el azul ultramarino hecho con lapislázuli, la mandorla que rodea al Cristo Pantocrátor y que simboliza el encuentro entre las dimensiones terrenal y divina, y las estrellas doradas de ocho puntas, representativa de lo frágil pero eterno en un mundo en constante transformación.
Así, Pasqualotto consigue crear una atmósfera sagrada profundamente poética y llena de significado. La fugacidad del tiempo y la eternidad de lo que nos trasciende se convierten en las protagonistas de la muestra, que también cuestiona las convenciones religiosas tradicionales. El artista, a través de su lenguaje artístico cargado de referentes y símbolos, evoca lo sagrado sin abandonar los interrogantes más esenciales del misterio de la existencia humana.
Exposición comisariada por Natàlia Chocarro, asesora de arte de la presidencia de la Fundació Vila Casas, dentro del programa “Puntos de fuga”, una propuesta que parte de los artistas del fondo de la colección con el fin de crear nuevas propuestas expositivas proyectadas dentro y fuera de nuestro territorio.
Capella de Sant Joan, Vilafranca del Penedès
Únete al nuestro
