Sublime, enigmático, poético y espiritual son algunos de los calificativos que pueden definir el último trabajo de Soledad Córdoba (Avilés, 1977). Con el título Trilogía del alma, y a cargo de Zara Fernández de Moya y Natàlia Chocarro, la exposición plantea una bella y conmovedora constelación de rituales –transcendencia, renacimiento y purificación–, que convergen en un viaje introspectivo acerca de la condición humana y la naturaleza. A través de la figura de la mujer y sus múltiples facetas, Córdoba elabora un trabajo brillante que encuentra en el lenguaje multidisciplinar –fotografía, vídeo, instalación y dibujo– su máxima expresión. De esta manera, mediante la fuerza purificadora del agua o la energía de las piedras, que cubren literalmente la desnudez de un cuerpo inerte, la artista explora los diferentes estados del alma y los abismos que se abren ante ellos.