“Ràfols-Casamada presenta”, escribe el historiador y crítico J. F. Yvars, “el afilado perfil de esa quimera romántica que aún llamamos el artista completo”. Traductor de la tradición clásica catalana a una sensibilidad propia pero también artífice de un arte que se libera con la espontaneidad y la expresión del subconsciente, Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923-2009) es una figura clave en la historiografía del arte catalán que nos ha legado una reivindicación de la pintura-pintura; esto es, la materia erigiéndose como objeto artístico por sí misma. “Pintura” recoge, junto a fragmentos de su dietario personal, cerca de 40 obras donde el artista dialoga con la realidad a través de los silencios de la forma y el color.