Ramon Calsina i Baró (Barcelona, 1901-1992) es una de las figuras más singulares de la pintura catalana del siglo XX. El hecho de haber contruido una trayectoria al margen de las corrientes oficiales lo ha dejado en un discreto segundo plano a pesar de la importancia de su legado artístico. La exposición Miserias humanas quiere sacar a la luz la faceta más incómoda de su trabajo, centrada especialmente en el dibujo. La propuesta se adentra en la dimensión más ácida, crítica y dura de la obra del artista.
Sus dibujos, como si hicieran un efecto de espejo, nos señalan y nos hacen ver todos los vicios y virtudes de la existencia humana, a la vez que nos emocionan por su ternura y humanidad. Fuertemente influido por la tradición pictórica del país y al mismo tiempo seducido por la vanguardia de los años treinta, Calsina ha quedado en tierra de nadie. Ha sido considerado demasiado rompedor por los pintores tradicionales y demasiado tradicional por los artistas más rompedores. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, sus dibujos se mantienen vigentes, tanto en la forma como en el fondo. La crítica social, la visibilización de cuestiones como la violencia de género, la guerra o la crisis sistémica desde la óptica de los años treinta lo convierten en un artista visionario que, a partir de la observación de su contexto más cercano, ha devenido atemporal.
Exposición comisariada por Bernat Puigdollers.