Stella Rahola Matutes reivindica la materialidad como sustancia permanentemente sujeta al cambio, bien a través de una implicación con seres humanos y no humanos y su manipulación, la interacción con su entorno o la vida dinámica de sus reacciones químicas. Esta cuestión implica políticamente considerar los procesos de fabricación y sus relaciones asociadas de poder, es decir, las trabajadoras, sus herramientas y los espacios de producción.
La exposición desarrolla estas ideas tomando como ejemplo la condición de transformación de un material como el vidrio y observando, en primer lugar, cómo se trabaja en un taller artesano. Se revelan, mediante cuatro artefactos, distintos momentos del proceso de soplado del vidrio borosilicato. Mientras que el primero, titulado L'Aprenent (El Aprendiz), muestra el paso inicial para la elaboración de las piezas, el último corresponde a La Fossera (La Fosadura): el cubículo metálico presente en todos los talleres de vidrio y donde se destina el material de descarte.
La controversia llega a nuestro país, que no genera el necesario excedente de vidrio borosilicato –podríamos afirmar que no hay suficiente trabajo manual– para que este material entre en el proceso estándar de fusión y correspondiente reciclado. Aparece, por tanto, otro 'actante' no humano: el liquen. Agarrándose y creciendo, descompone el vidrio y lo convierte en sustrato. Constituye el primer ente de la naturaleza que prepara el terreno necesario para que puedan desarrollarse futuros seres.
Únete al nuestro
