Con Fora de camp (Fuera de campo), la Fundació Vila Casas quiere reivindicar la obra de Isidre Manils (Mollet, 1948) y le dedica una exposición que aborda distintos aspectos de su trayectoria entrelazando puntos de encuentro entre los diferentes soportes en los cuales reposa su pintura. Con un compromiso ético hacia esta disciplina artística y con un método de trabajo exhaustivo y concreto, la obra de este 'realizador' de imágenes se configura como una de las más exitosas y singulares del país.
Con una mirada anclada en el mundo cinematográfico al que accede cuando todavía es un niño –la familia era propietaria del cine Ateneo, muy cerca de la casa familiar–, la obra del pintor bascula entre la ocultación y la (des)ocultación, entre la ausencia de una presencia y 'acoplamientos' de imágenes aparentemente inconexas de las cuales destila una gran sensualidad.
De esta manera, bajo la veladura de una cortina, tras los tejidos aterciopelados de una habitación en penumbra o en los rostros espectrales que emergen en la superficie, la obra de Manils señala más de lo que muestra y oculta más de lo que desvela. Una dialéctica que pone de manifiesto puntos de encuentro y afinidades con el mundo cinematográfico: "la pintura y el cine son los dos grandes artes de la mirada", afirma el pintor, y que también recae en la similitud de una misma materia compartida, la luz. Sin embargo, si el cine nos explica historias, a Manils le interesan las imágenes fijas, la quietud, el hecho atemporal de su idiosincrasia. Una sucesión de imágenes, en definitiva, que tienen la voluntad de exhibir un mundo, el suyo, sin ningún dogmatismo, quizás, en parte, porque quiere cedernos a nosotros –el público– la mirada final.
Exposición comisariada por Natàlia Chocarro.