El corazón oceánico de las cosas es el título de la exposición del ganador del Premio de Pintura 2019, Jordi Martoranno.
En este proyecto el artista desarrolla una obra de contenido espiritual explorando formas que se encuentran en todas las maneras en las sociedades contemporáneas; formas que han perdido su valor simbólico inicial y que han acabado transmutándose en herramientas tecnológicas y objetos cotidianos a través de distintos lenguajes y disciplinas. Formas que se sitúan en el límite entre el símbolo y el signo, entre el poder y la espiritualidad, entre el lenguaje poético y la tecnología, entre lo sagrado y lo cotidiano.
El gran reto que nos propone Martoranno es una manera diferente de mirar la obra: "Se me ocurre una actitud tan simple como lo de recuperar la costumbre de escuchar a través de la mirada y al mismo tiempo meditar sobre la forma en sí misma, con el fin de poder conseguir la capacidad de observar con ecuanimidad todo lo que aparece delante nuestro".
Así pues, gracias a la meditación cabría la posibilidad de activar aspectos donde lo experiencial y lo intelectual podrían ser sustituidos por la trascendencia. Se trata, por tanto, de experimentar la sensación de un vínculo indisoluble, como el de estar en conexión con el mundo exterior en su forma integral y asimismo sentir su totalidad con todas las emociones.