En el Génesis, el último ser que es puesto en el mundo es el hombre, los demás ya lo habían ocupado (o se habían instalado). Probablemente por este motivo su relación son ellos ha sido, cuanto menos, conflictiva.
Desde el momento en que el ser humano debe buscar el alimento y se vuelve carnívoro, los animales se convierten en su comida. Desde los tiempos del Paraíso, los animales han pasado por innumerables vicisitudes y han acabado colgados de un gancho en el mercado, exhibidas entre trozos de hielo o constreñidas en un envoltorio de plástico.
No sorprende en absoluto, por tanto, que este hombre cazador muestre sus trofeos en el aparador o en una vitrina de casa o bien acumule piezas del mundo natural que le atraen o le gustan.
La belleza cautiva, el coleccionismo de animales que a menudo disecan o son atravesados por una aguja son también objeto de atención en Ànima. Su presencia en el entorno humano ya no responde a una necesidad vital –si podemos llamarla así– sino a una pura y simple cuestión de estética y de exhibicionismo de poder.
Esta muestra forma parte de MIRADES. 6è Festival de Fotografia. Del 30 de marzo al 28 de abril de 2019 a Torroella de Montgrí, L’Estartit, Ullà, La Bisbal d’Empordà, Pals y Girona.