Desde el arte popular, la escultura lúdica, pasando por el paisajismo urbano hasta llegar a un tipo de arte interiorista y puramente conceptual Jordi Urbón recorre, viaja y reflexiona sobre la muerte, el abismo, el caos, la vida y el origen efímero. Sus cuadros y objetos, presentados de una manera secuencial, conectan con órdenes de belleza escondidos para hacer florecer la energía del alma. A través de la simbología y la semiótica nos transporta a un mundo íntimo y misterioso que con un indiscutible espíritu de introspección denuncia las injusticias sociales y políticas.
Lenguaje urbano e innovador, expresión de única belleza transparente e incierta a la vez. Retomando la técnica del trabajo del vidrio, la artista invita al espectador a indagar y sumergirse en la propia existencia del ser humano. A través de su trabajo, teoriza sobre ideas como la fragilidad del hombre, el paso del tiempo, la angustia, mediante esculturas flotantes en el vacío, códices tipográficos que son reflejo de una sociedad perturbada, y estructuras simétricas de vidrio y metal que constatan la dicotomía entre vida y muerte, perpetuidad y caducidad.
Escultor y pintor. La obra de Vaccaro se articula alrededor del hecho poético, en el que, a través de varios materiales —sobre todo el polimetacrilato—, crea formas que, a modo de capas, van captando las luces y los colores del espacio que invaden, y van mostrando entre líneas un mensaje que nos induce a descubrir nuevos parajes, aquellos donde lo desconocido impulsa el nacimiento del proceso creativo.
Su fusión de escultura, fotografía i vídeo provoca una desfragmentación visual del espacio y la arquitectura. Crea piezas escultóricas dominadas casi en su totalidad por las líneas oblicuas y una cierta sensación de desajuste. Fotografías de lugares de transición, deshabitados y en proceso de transformación, zonas fantasmas que vagan entre el anonimato y la existencia, y que a través de la escultura se descomponen detrás de una parrilla arquitectónica en tres dimensiones. Eduardo Valderrey utiliza la escultura como soporte fotográfico para generar una especie de fotoescultura. Poética deconstructiva i de transitoriedad enmarcada por estructuras que otorgan a su hibridez un cariz escenográfico.
Artista catalana que ha trabajado en diversos campos visuales que van de la fotografía a la performance y la instalación de vídeo. Desde su primera exposición individual en 1991, la temática de sus obras alude a tres conceptos: el cuerpo, el entorno doméstico y las relaciones humanas dentro de un proceso de búsqueda y de descodificación de la intimidad femenina, el sexo, las enfermedades y la muerte. Instalaciones donde incorpora muebles, objetos cotidianos en desuso y residuos como metáfora de un tiempo fugaz. Montajes de eco poético donde cada escenario se articulan registros intangibles, juegos lumínicos y trucos ópticos de imágenes desdobladas por espejos.
Desde muy joven recibe la influencia del surrealismo y en 1948 celebra su primera exposición en la Sala Icària de Figueres. Allí conoció a Dalí y al círculo artístico del Empordà, con los que colaborará durante toda su vida. Su estancia en París lo lleva a experimentar estilísticamente con el cubismo, pero consigue su madurez pictórica con una abstracción muy personal. Pinta fondos y atmósferas infinitas, pintorescas y con colores extensos que representan de forma constante el paisaje del Empordà, donde podemos ver sus obras gracias a las colaboraciones que hizo en vida de Dalí. Asimismo, podemos encontrar obra suya en la exposición permanente del Teatre-Museu Dalí de Figueres.
Catedrático de instituto y profesor de la escuela Massana, en el año 1959 fue parte integrante del grupo de artistas que crearon el Museu d’Art Contemporani de Barcelona y de la mítica galería René Métras (1962-1984); también ha sido uno de los organizadores de la escuela de arte FAD. Romà Vallès es uno de los referentes pictóricos de la corriente informalista y de la expresión abstracta en el territorio catalán y balear. Entregado a la búsqueda constante de la forma y de su contenido intelectual, en una espesura matérica, el color se eleva por encima de la orografía plástica. A lo largo de los años su obra ha ido solidificando un sustrato del sentido del espacio, la utilización de la materia, la violencia del signo gestual y la uniformidad de una paleta de colores que emana espiritualidad.