Escultor de innominables formas sensibles que se alejan de cualquier convención. Obras alimentadas por la búsqueda de una identidad personal, por el misticismo, el simbolismo, por la consciencia de la incerteza del destino, la angustia existencial y el anhelo metafísico, en que materia y forma dilatan su umbral. El artista manipula materiales tan heterogéneos como el vidrio, el agua, el neón, la piel de serpiente o el plomo, en un afán provocador de experimentar con el uso de elementos innovadores y originales para gestar formas sin precedentes.
Se ha formado en el medio artístico en el Institut Deulofeu de Figueres y en la Facultat de Belles Arts de la Universitat de Barcelona, donde estudió el máster de Producció i Recerca Artística. Su arte se inspira directamente en la naturaleza, el propio cuerpo y sus experiencias personales. El componente orgánico tiene una presencia fundamental en su obra a través de las texturas, las formas y los colores. Trabaja con distintas técnicas y objetos, desarrollando una gran diversidad de estilos y disciplinas, entre ellas el dibujo, la pintura, la escultura y la instalación.
Fotografía: Maria Alzamora.
Artista multidisciplinaria a medio camino entre el arte y el diseño. Sus composiciones —pinturas, instalaciones, bordados o suturas de una exquisitez excepcional— nos evocan una belleza sutil y delicada, galoneada de una sinfonía de negros, blancos y rosas. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, complementó su formación en los talleres de la Escola de Disseny i Art con Antoni Llena y Joan Hernàndez-Pijuan. Desde 1992, vive y trabaja en Palma de Mallorca.
Gran admirador de los maestros naturalistas de los siglos XIX y XX, capta las tierras ampurdanesas en su verdadera esencia. Unos bellos y románticos paisajes que, a pesar de su soledad inherente, desprenden infinitud de emociones que se filtran a través de la luz. En el año 1980 fue galardonado con el Premio a la Pintura Joven de la Sala Parés. En el territorio nacional e internacional ha llevado a cabo muchas muestras.
En su trabajo condensa un universo de formas sencillas y espontáneas, colores atrevidos y luminosidad, herencia del arte pop. Mobiliario, arquitecturas, árboles, frutas…, que emergen por encima de la penumbra con una pincelada de fantasía y optimismo, y que, a pesar de ser el reflejo de una libertad expresiva bajo un trazo nítido y enérgico, otorgan un nimbo de armonía y sensualidad melódicas. La obra de Regina Saura desvela emociones intrínsecas y poliédricas, como un espejo de subjetividades infinitas.
Alberto Schommer es uno de los grandes maestros de la fotografía nacional. Se inició en el universo pictórico, pero pronto se centró en la disciplina fotográfica y experimentó con diferentes técnicas como el fotomontaje de elaboración. Se ha ganado una fama bien merecida gracias al retrato de psicologías y personalidades de la vida contemporánea del país, así como con sus reportajes fotoperiodísticos. En 2008 ha sido galardonado con la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes.
Pintor y crítico de arte que se enmarca dentro del movimiento del nuevo realismo. Como crítico de arte ha publicado trabajos en la Revista de Catalunya y es colaborador habitual del suplemento “Culturas” de La Vanguardia de Barcelona, en el que defiende la pluralidad del arte contemporáneo difundiendo y promulgando la opinión de que la pintura realista no ha dejado de ser un lenguaje artístico plenamente vigente y actual. Sus obras reflejan la realidad urbana y unos interiores cromados de la estética del cómic, destacando la proliferación de objetos como una de las manifestaciones más representativas de nuestra sociedad consumista.
Pasó su infancia entre París, Barcelona, Oxford y Florencia, y después se marchó a trabajar durante unos años a Nueva York, donde entró en contacto con el mundo artístico del SoHo, el barrio donde vivía, y donde colaboró con la OMS. Cuando regresó a Barcelona, se sumó a quienes, como ella, se rebelaron contra la domesticación y protagonizaron el movimiento underground, ácrata y contracultural de finales de los años setenta. Su obra ha sido expuesta en importantes centros artísticos de Europa y los Estado Unidos.
Las sensaciones, las impresiones y las atmósferas ambiguas son el reflejo de una trabajada imaginación y de una sensibilidad meditada a lo largo de los años. Su obra no representa el mundo exterior, sino que es el resultado de un proceso místico de introspección. Su estancia en Japón impregna su obra pictórica de poesía y pensamiento zen, de una fascinación por los detalles y lo efímero. Cautiva la mirada y la arrastra hacia la infinitud, donde se diluyen las nociones de espacio y tiempo.