Fotógrafo y pintor. Se inició en la fotografía a mediados de los años noventa gracias a una cámara que le regaló su madre. Es técnico superior en fotografía artística por la Escola d'Art i Disseny de Tarragona. Viajero incansable, ha realizado reportajes en numerosos países: Palestina, Siria, Bosnia, Grecia o los Estados Unidos. Su trabajo fotográfico se centra en el documental, donde la guerra, la política y la figura humana son los motivos principales. En el 2017 ganó la segunda edición del Concurso de Pintura que convoca la Fundació Privada Mútua Catalana.
Se formó en la Escola Massana de Barcelona y en la École national supérieure des beaux-arts de París, ciudad donde vive y trabaja desde que instaló allí en los años sesenta. Durante aquella época, descubre el nuevo realismo francés, que lo lleva a denunciar el mercantilismo y el consumismo desenfrenado, y que se convertirá en el discurso central de su obra, primero con collages y después con emulsiones fotográficas sobre tela o impresiones sobre metal. Utiliza técnicas del momento como, por ejemplo, la reproductibilidad, y referentes de los medios de comunicación y publicidad como lenguaje propio para la reivindicación.
Nacido en el exilio, fue un artista comprometido con las ideas anarquistas. Su trabajo, un instrumento de reclamo opuesto a las injusticias sociales y políticas, adopta un realismo crítico y de rechazo impetuoso mediante figuras atormentadas y que se retuercen entre sus propias miserias. Pintura de pincelada rápida, vertiginosa y de cromatismo enérgico y virulento.
Después de una primera etapa cubista, de inspiración figurativa, y en un lento proceso de síntesis, su trabajo evoluciona hacia la abstracción. A principios de la década de los setenta y coincidiendo con la aparición de sus primeros collages, su obra llega a la máxima simplificación del cromatismo caracterizada por un predominio de los blancos. Influenciado por Mondrian y Rothko, las telas producidas entre los años 1959 y 1963 son las que le otorgan la identificación propia dentro de las tendencias más abstractas. El arte de Ràfols-Casamada es una visión poética de la realidad en la que las formas y el espacio crean tensiones que consiguen introducir al espectador en su universo simbólico y onírico.
Licenciada en arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (UPC) y graduada en escultura por la Escuela Massana, la obra de Stella Rahola reformula, a través de un continuo estudio de técnicas, la resistencia y los límites de materiales tan maleables y sensibles como son la porcelana y el vidrio. De este modo, a través de la exploración, sus piezas se convierten en construcciones que transmutan en los límites de lo que es forma y lo que no, dispersándose en el aire y adquiriendo volúmenes que les hacen cobrar una nueva vida. La resistencia buscada se rebela, pues, en forma de eclosión, como si el objeto resultante quedara suspendido en el aire en un intento de inmortalizar como una imagen congelada, el cenit de su belleza absoluta y por lo tanto manifestándose en un punto de equilibrio total.
Desde unos comienzos centrados en el figurativismo, su obra se circunscribe en la versatilidad de rigurosos e imaginativos recursos visuales. Grandes pinturas sobre tablero, esculturas de madera y de bronce, piezas de audaz y perfecta marquetería, dibujos, collages y grabados son una crítica alegórica del individuo, la sociedad y su mundo circundante. Composiciones que contaminadas por la metafísica, la mística y el simbolismo van más allá de los planteamientos tradicionales, ofreciéndose como juegos visuales entre el mundo real y el mundo imaginario, donde el equilibrio entre formas frágiles o imposibles crea ópticas ilusorias de profundidad en espacios planos.