Fotógrafo que potencia la multiplicidad de lecturas mediante la concreción-disolución lineal y la división-ocultación. Ramifica los puntos de vista o la simetría y asocia las imágenes a partir de un concepto para crear un diálogo entre sus obras. Blanco y negro, 35 mm, dípticos, trípticos y cuadrípticos, donde conviven armónicamente ironía y poesía, en clave brossiana. Con un lenguaje visual cercano, conciso, breve y directo transforma el instante mediante la luz y la sombra, la claridad y la oscuridad de las evocaciones.
Integrado en la naturaleza, el arte de Enric Pladevall encuentra su referente en la dicotomía y las tensiones vividas por el hombre entre el mundo natural y el mundo tecnológico, como muestra el diálogo que entablan en su obra la madera y el hierro. Incluyendo en un todo, materia, superficies monumentales, naturaleza, espacio, donde el juego de presiones y tensiones transmite una proyección enérgicamente elástica, el resultado de su obra es una plasticidad evocadora de erosión, mutabilidad, mimesis; en definitiva, de existencia.
Protagonista de la vanguardia catalana de los años 50 y 60, Planasdurà participó activamente en el panorama cultural del momento a través de su implicación en varios grupos y entidades culturales. Siempre partiendo de la experimentación y con gran capacidad simétrica, dominó tanto la figuración como el informalismo y la abstracción geométrica. Sus obras, de gran vitalidad, han sido expuestas en distintas ciudades como Venecia, Milán, Berna y Madrid. Planasdurà fue premio Ciutat de Barcelona 1974.
Escultor y pintor que se inicia con el trabajo de troncos y maderas escogidas al azar, texturas ensambladas o manipuladas incisivamente. Con un claro espíritu arquitectónico, objetual y mobiliario, construye esculturas que combinan la madera con el hierro, en las que los espacios simbólicos perforados en las entrañas de la madera se han convertido en receptáculos, en cavidades interiores de auténtica vocación espacial. Racionalidad, horizontalidad, planimetría, imperfecciones y orden son las ideas que brotan de su creación artística.
Sus cuadros son manifestaciones de un cosmos inescrutable y hermético de espacios interiores formulados por una simbología de figuras y objetos inmóviles, de colores envejecidos y prodigiosamente elaborados, que testimonian cierta atemporalidad. Muñecas de faz envarada, relojes de arena, toros y animales domésticos son los figurantes de una fauna significativa y significante. Despiadadamente crítico, Planell rehuye la realidad cotidiana y tosca para sumergirnos en un universo poético, ilusorio y de ciertas reminiscencias medievales.
Uno de los escultores más relevantes del panorama nacional e internacional. Su trabajo se caracteriza por la conjugación de elementos opuestos, que a través de la diversidad de materiales como la resina de poliéster, el hierro o el agua, alcanzan a captar el concepto de la obra. El eje conductor de su trabajo se centra en la dimensión del hombre y su relación con el entorno. Entre las exposiciones realizadas, deben destacarse la retrospectiva que le dedicó el Museo Nacional Centro de Arte Sofía en el 2000, así como los encargos de escultura pública por todo el mundo y las escenografías para óperas y creaciones teatrales como las de La Fura dels Baus.
Formado en fotografía en la Universitat Politècnica de Catalunya y en la Westminster University de Londres, ha dedicado una buena parte de su carrera en documentar sus dos pasiones de juventud: la cultura de la música punk y el skateboarding. No obstante, también ha hallado vida e inspiración más allá, en series temáticas y abiertas. Sus imágenes, habitualmente en blanco y negro, están llenas de experiencias vitales, con una buena dosis de realidad pero siempre llenas de subjetividad.