Nacido en el seno de una familia italiana, la principal intención de Claude Nori era convertirse en director de cine, pero los acontecimientos del 68 y el hecho de trasladarse a París, donde fundó más adelante las revistas Contrejour y Camera International, hicieron que se centrara en el núcleo de su pasión, la fotografía, con la que podía captar instantáneamente la fuerza de los movimientos más conmovedores. Esta fuerte concentración en la pureza sensual de la imagen hace que veamos con claridad la pulsión mediterránea que le viene de raíz en toda su obra. Las escenas captadas por su mirada se vuelven siempre amables, seductoras, y el cuerpo femenino, presente en la mayor parte de sus fotografías, se convierte en el sujeto poético que sugiere al espectador la forma y la embriaguez del clima y el relieve de las costas a la vez que deja testimonio, a la manera de los fotoperiodistas, de un tiempo y un estilo de vida.
Escultor y escenógrafo, sus creaciones se reparten en ámbitos como las artes escénicas, el audiovisual y la obra pública, efímera o permanente. Su material predilecto es la madera, pero no renuncia a trabajar con otros elementos como la resina, el metal, el porexpan o la espuma. Entre sus obras más destacadas se encuentran el diseño del atrezo de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona o el famoso caballo de madera en la obra Tirant lo Blanc de Calixto Bieito.
Trabaja la pintura, la infografía y el audiovisual, y centra su trabajo en la búsqueda de la identidad. A través de la representación de cuerpos anómalos, deformados o, incluso, monstruosos, representa la diferencia, es decir, aquello que queda fuera del canon, al margen de lo que es más comúnmente aceptado como normal. Recrea una subjetividad desestabilizada e impura en la que el otro no es algo externo o de otro, sino que forma parte de lo que constituye al ser humano.
Pintora y dibujante de realismo preciso. Su trabajo artístico evoluciona hacia una nueva metodología de austeridad y primitivismo donde la relación materia-condición humana desemboca en un arraigado misticismo. El recurso a la metáfora mitológica y una constante remisión cosmológica evidencian un imperioso afán de interpretación y examen de la realidad. Composiciones cálidas y terrosas de figuras femeninas dispuestas de manera poco ortodoxa que insinúan un sutil diálogo entre la dimensión microcósmica y la macrocósmica.
Licenciado en historia del arte por la Universidad de Barcelona, su trabajo como fotógrafo empezó en el año 1968 de manera autodidacta cuando se vinculó con el CIFB (Centro Internacional de Fotografía de Barcelona), la primera escuela de fotografía de la ciudad condal, contribuyendo, junto a una nueva generación de fotógrafos, a la proliferación de una mirada estética, teorizada y artística de la fotografía documental. Desde entonces, compagina esta actividad con la de profesor y crítico. Desarrollando una fotografía pura muy relacionada con la escuela alemana de los años 30, las temáticas de Olivella se centran principalmente en los interiores. Así mismo, su concepción del espacio y arquitectura le han llevado a crear grandes reportajes, para retratar a través de las personas que lo ocupan, la relación entre la geografía humana y la urbanística y el residuo histórico y cultural que surge de esta unión, creando el efecto de memoria y, por lo tanto, una fotografía de carácter social y colectivo.
Raimon Ollé ha sabido elaborar un lenguaje estético tanto en la disciplina escultórica como en la joyería. Iniciado en el mundo de la orfebrería desde muy joven, renovó el ancestral oficio del diseño de joyas al construir formas y volúmenes que se yuxtaponían con el mundo escultórico. A lo largo de los años, tiende a hacer verdaderas obras escultóricas, muchas de ellas germinan de joyas diseñadas con anterioridad. Lejos de preceptos simbólicos o conceptuales, sus piezas solamente tienen un objetivo claro: disfrutar de la belleza.
De Morandi adquiere el minimalismo, de Rothko el espacio de colores irreales y de Anish Kapoor el uso del color que enciende y ilumina lo material, opaco y terroso. Sus cuadros son parcelas silenciosas donde sin la presencia humana, hábitat de cactus, plantas trepadoras, flores, recipientes y envoltorios cónicos que parecen levitar sobre la tela. Composiciones meta realistas y abstracción de objetos nítidos que evocan un universo de sentimientos y emociones contradictorias.