Su trabajo es una constante reflexión sobre las relaciones existentes entre la luz y el espacio, el lleno y el vacío, el color y la transparencia. Aunque los montajes de Margarita Andreu recrean una dimensión arquitectónica y tridimensional, la incorporación de la fotografía en su trabajo debe entenderse como una continuidad de la concepción y construcción de la poética del vacío surgida de las ideas de ambigüedad, fugacidad y parcialidad.
Aunque se licenció en Medicina y Cirugía en el año 1963, pocos años después comenzó paralelamente su actividad artística como escultor, utilizando principalmente piedra, bronce, madera y arcilla. A principios de la década de los setenta incorpora un material nuevo directamente asociado a su profesión: las vendas de escayola, lo que otorga a sus obras una presencia de parcialidad y imperfección. En su trabajo predominan el uso del color blanco y la figura humana, así como la idea de grupo en escultura pública, como es el caso del Monument als castellers (Tarragona, 1999), que tiene 222 figuras humanas. Su producción es bastante realista y se le ha podido asociar con la obra del escultor americano George Segal.
Pintor y dibujante de obras de estilo vitalista. Partiendo de unas formas desnudas de colores cálidos, el artista ha virado hacia una expresión armoniosa que reanima y reinterpreta la poética de las sensaciones, con un lenguaje propio, personal y atemporal, más allá de las modas estéticas imperantes.
Considerado uno de los artistas consagrados del panorama artístico catalán, en 1976 crea la Assemblea Democràtica d’Artistes de Girona, que reivindicaba, a través de acciones, la libertad creativa. Dos años más tarde, funda juntamente con Faixó, Gispert y Corominas la revista Art-Actitud. Influenciado por las “segundas vanguardias”, muy pronto se sumergió dentro de un universo oscuro y caligráfico, signo personal de su identidad creativa. Sus obras rompen con el concepto de perspectiva y representación renacentista para crear nuevas dimensiones a través del juego de luces y sombras.
Pintor, grabador y escultor, se embarca en complejas sinfonías tonales wagnerianas de regusto expresionista con vertiginosas escenas que narran episodios épicos de la aventura humana y espacios informales de cromatismo lírico.
A lo largo de los años las originarias composiciones de atmósferas románticas evolucionan hacia una síntesis de abstracción material, como oda a la humanidad y a sus desvirtuados valores morales y espirituales.
Ha trabajado como diseñadora gráfica, aunque últimamente se ha especializado en fotografía, que mezcla con otras técnicas artísticas como el retoque digital, las ilustraciones o las pinceladas de acuarela o temperas.
Sus creaciones, traslúcidas e ingenuas, encuentran su fuente de inspiración en la gente de la calle y en sus propias vivencias.
Sus inicios artísticos se centran en el mundo de la ilustración, del diseño gráfico y del cómic. Pinturas elaboradas a partir de sustancias naturales, assemblages de objetos reciclados que se convierten en formas zoomorfas que reflejan la particular visión del artista del mundo natural.
Texturas poco convencionales, colores y formas sorprendentes con los que retrata un bestiario fantástico que reta la imaginación de cualquier científico o biólogo. Su trabajo bebe de fuentes surrealistas como las estructuras móviles de Calder o las esculturas cinéticas de Tinguely.
A partir de la fotografía documental, Samuel Aranda ha retratado para medios como The New York Times, Le Monde o National Geographic realidades políticas y sociales de todo el mundo. Centrado fundamentalmente en Oriente Medio y África, ha dado visibilidad a temas como la pandemia del Ébola, las revoluciones árabes, la crisis de los refugiados o el conflicto entre Israel y Palestina. En España también ha retratado sin ambages el impacto social de la crisis económica con imágenes que generaron un gran debate, así como también el movimiento independentista catalán y los distintos episodios políticos que ha generado. Siempre atento a los efectos que estos hechos provocan en las personas, sus fotografías muestran con extrema precisión situaciones límites donde el fotógrafo se convierte en testigo de lo mejor y de lo peor del ser humano.