Arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y doctora en bellas artes por la Universidad de Barcelona, compagina el trabajo como rehabilitadora de edificios históricos con el artístico. Sus obras se inspiran en construcciones principales de la arquitectura contemporánea y reflejan fachadas de autores tan importantes como Le Corbusier o Sert. Tal y como hacen estos grandes bloques de pisos, Martínez-Palou trata técnicamente sus obras por capas, hecho que le ayuda a captar cada uno de los detalles de los que se componen extrayendo los detalles simplemente rutinarios pero que convierten cada piso en un rincón único, personal y lleno de pequeñas historias cotidianas que, al fin y al cabo, son las encargadas de registrar la riqueza de nuestro mapa social actual.
Jordi Martoranno se formó en la Facultat de Belles Arts de la Universitat de Barcelona y ha realizado residencias artísticas en numerosos países. Durante la primera década del 2000 su obra reflejaba un interés por las relaciones y conexiones del ser humano con la naturaleza y el cosmos. Atento a las referencias de pensadores tanto antiguos como contemporáneos, actualmente su obra ha dirigido la mirada hacia la antropología semiótica para investigar, mediante la pintura, cómo y desde dónde se generan los símbolos y su evolución en nuestra cultura.
Marzo-Mart ha encontrado en el grabado el medio idóneo para definir y perfilar la poética que se desprende de las asociaciones simbólicas que habitan su obra, así como para ejecutar un sinfín de miniaturas que concentran en un mínimo espacio los elementos básicos de su expresión. Mediante un lenguaje simbólico, su obra polariza y expresa la relación entre el hombre y la naturaleza, el macrocosmos y el microcosmos.
El punto de partida de la obra de Gerard Mas es la escultura clásica, pero dota a los personajes de su mundo creativo de actitudes grotescas. Cortesanas de expresión burlesca, un niño que cabalga un cerdo mastodóntico, o un hombre con una gallina sobre la cabeza son figuras que amalgaman ironía, tradición, contemporaneidad; pequeños poemas visuales capaces de transformar en anécdota la realidad más cotidiana.
Seducido por el dilatado abanico de posibilidades que ofrece el trabajo con materiales como el bronce o el hierro, y posteriormente la resina o la piedra, Xavier Mascaró decidió alejarse de su formación inicial como pintor. Estos componentes otorgan a sus creaciones totémicas y tridimensionales un carácter inquietante y inducen, a su vez, al espectador a reflexionar sobre la memoria y la tradición.