Escultor que plantea, bajo una tendencia experimental expresionista, una ambivalencia poco corriente: ha generado una estética apropiacionista de objetos cotidianos escogidos al azar, arquetipos modernos del mundo capitalista que, en clave de humor, más allá de la simple mimesis formal, son una crítica agigantada de la seriación, la repetición y estandarización de una evolución recesiva del hombre en la denominada era “dorada” del capitalismo industrial y tecnológico. Marqués une fantasía y realidad, crea ácidas yuxtaposiciones dentro de un sistema de reclamo caracterizado por el bombardeo mediático que incita al ser humano a un consumismo compulsivo.
Pintor catalán que pasó su infancia en París a causa de la Guerra Civil española. En el año 1940 vuelve a Barcelona y siete años más tarde viaja a los Estados Unidos, donde conoce a Salvador Dalí y descubre que quiere dedicarse al arte. Durante los años siguientes, se dedicará a pulir sus intereses, entra en contacto con el grupo Dau al Set y se interesa por la Bauhaus y la obra de Cézanne. A comienzos de los años cincuenta, conoce a Duchamp en Cadaqués, lo que provoca que adopte un nuevo lenguaje plástico. Entre 1966 y 1972, trabaja en una serie de representaciones de la obra En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. A partir del 1980, expone regularmente en París, Madrid, Nueva York i Washington.
Considerado un de los grandes escultores catalanes contemporáneos y representativos del movimiento renovador surgido en la Barcelona de la posguerra. Autodidacta de formación, mostró interés por el monumentalismo escultórico en un contexto urbano. Sus composiciones de formas sensuales, simples, pulcras, perfectamente acabadas son el reflejo de un lenguaje organicista que remite al modernismo gaudiniano. Productos que son el resultado de la combinación de elementos cóncavos y convexos, sustrato austero y líneas depuradas donde reside la lucha entre la abstracción y la figuración.
Volúmenes que surcan el vació espacial con levedad. Poeta del bambú y dibujante del aire que traza sinuosos movimientos, silencio, garabatos, gravedad. Su obra más reciente tiende al figurativismo, con la incorporación de nuevos materiales como las redes, perfiladoras de siluetas danzantes, o de sugerentes formas que parecen interrogar los misterios de la naturaleza. El artista se ha visto arrastrado y cautivado por las múltiples ductilidades y atributos del bambú. Entrelaza consistencia y plasticidad, carcasa externa y vacío interno, robustez y flexibilidad.
Licenciado en Bellas Artes por la Universitat de Barcelona en la especialidad de escultura, Luis Martín continuó formándose en esta disciplina y en cerámica en la Escola Massana. La temporalidad, las dualidades, la comunicación y la participación activa del público son los ejes en los que se fundamenta el interés creativo del artista, que ha expuesto en Barcelona, Tenerife, Filadelfia i Berlín. A partir de la experimentación con distintos materiales como la piedra, el metal, el látex o la plastilina, la obra de Martín lleva a término una investigación sobre el espacio a través de la intervención escultórica.
Expresividad, equilibrio, medida y armonía son conceptos que emanan de unas esculturas elaboradas con minuciosidad y que enaltecen de forma alegórica la anatomía femenina. Sirviéndose casi exclusivamente del bronce y de la terracota, Rosa Martínez elabora el paradigma de la mujer mediterránea tan defendido por los novecentistas. Bajo una técnica admirable, nos muestra una mujer serena y firme, de volúmenes generosos y gráciles a la vez que exhala una recóndita e introspectiva fuerza interior.
Arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y doctora en bellas artes por la Universidad de Barcelona, compagina el trabajo como rehabilitadora de edificios históricos con el artístico. Sus obras se inspiran en construcciones principales de la arquitectura contemporánea y reflejan fachadas de autores tan importantes como Le Corbusier o Sert. Tal y como hacen estos grandes bloques de pisos, Martínez-Palou trata técnicamente sus obras por capas, hecho que le ayuda a captar cada uno de los detalles de los que se componen extrayendo los detalles simplemente rutinarios pero que convierten cada piso en un rincón único, personal y lleno de pequeñas historias cotidianas que, al fin y al cabo, son las encargadas de registrar la riqueza de nuestro mapa social actual.