Con más de 30 años de trayectoria fotoperiodística, se erigió como uno de los testimonios gráficos más respetados del panorama político nacional. Descendiente de una generación autodidacta, Pedro Madueño, con tan solo 15 años, hacía fotografías para diarios y otro tipo de publicaciones. Vinculado a La Vanguardia desde hace una veintena de años y seducido por el retrato, cada una de sus imágenes capta el instante más puro y real para inmortalizar acontecimientos en sus múltiples y calidoscópicas facetas.
A pesar de pertenecer a la corriente del nuevo realismo, sus obras no son imágenes reales, sino un conglomerado de vida y ficción. Mundos que no existen, gente paseando en parajes extraños, y a veces fantasiosos, o cielos utópicos en un fondo neutro y desértico que el artista ilumina con ironía, vaporosidad y ternura.
Autodidacta proveniente del mundo de la publicidad. Su trabajo gira en torno de la correspondencia y mutación de los objetos para representar el mundo del inconsciente como algo aislado, onírico y que desafía la fuerza de la gravedad. Objetos atrapados en el tiempo, reflejo de nuestros temores, deseos y desengaños. En definitiva, de nuestras vivencias y sensaciones más profundas.
El trabajo de Anna Malagrida no intenta denunciar nada, sino que simplemente quiere reflejar la falta de comunicación y el individualismo imperante en nuestra sociedad actual. El retrato ha sido para la artista el origen de su afición a la fotografía, como lenguaje y mayor herramienta crítica del mundo contemporáneo. Sus fotografías de gran formato representan escenas de interiores con protagonistas de rostros inexpresivos y mirada perdida al infinito enmarcados en un universo aislado. Mediante una sutileza lumínica, hay un claro deseo de ir más allá y confundir las fronteras que separan pintura y fotografía; la artista envuelve sus imágenes de una atmósfera enigmática y misteriosa.
Su trabajo busca la perfección de la luz, el color y las emociones. Las tonalidades y la atmósfera de su tierra son los vectores que guían su plasticidad. Composiciones en las que el cielo, el mar, los paisajes y la vegetación adoptan nuevas dimensiones mediante matizaciones lumínicas. El artista, con una mirada atenta y curiosa, intenta captar infinitud de instantes de una vida envuelta en luz y oscuridad.
Su pintura muestra un gran conocimiento de la astronomía; mediante un minucioso trazo de objetos celestes transporta al espectador hasta la inmensidad del macrocosmos. Erupción matérica y explosión de colores que denotan un gran dominio de la técnica plástica y que nos hacen reflexionar sobre la insignificante y minúscula existencia humana en un universo en constante transformación y movimiento.
En su obra convergen soledad, fragilidad, tristeza, serenidad, anonimato, memoria y silencio, para construir sus propias historias. El espectador es arrastrado por un flujo de sentimientos calidoscópicos y es participante activo de las angustias y sufrimientos de la existencia humana. La vida es una cuerda floja, equilibrio inestable en busca de lo que se oculta en el hecho mismo de vivir y en sus innumerables interrogantes que emergen en el transcurso de un arduo y frondoso recorrido sin retorno.
Ha cultivado la fotografía en muchas de sus vertientes pero su obra destaca sobre todo en dos de ellas: el reportaje antropológico con retratos y escenas de la vida cotidiana y la fotografía de arte. Sus fotografías demuestran una gran sensibilidad en la captación del objeto, la luz y el espacio. Es autor de una gran cantidad de obras centradas en el patrimonio cultural y natural catalán, ha realizado y colaborado en numerosas publicaciones como la Gran Enciclopèdia Catalana, la Història de Catalunya (Ed. Salvat) o la Història de l’art català (Ed. 62).