Joan Lassús supo compaginar una afición y una profesión: la fotografía y la música. Gracias a su actitud metódica y pulcra, actualmente podemos disfrutar de un importantísimo fondo fotográfico que forma parte del archivo histórico municipal de l’Escala (Girona). Su obra fue evolucionando desde el romanticismo impresionista de los años cincuenta hasta el documentalismo de los años sesenta y setenta, que deja de lado la anterior fuerza expresiva para dar lugar a una belleza serena y silenciosa. La parte más documental incluye fotografías de todos los rincones de l’Escala, copias que sirven hoy para poder seguir las transformaciones del núcleo urbano, las obras públicas, la arquitectura, los actos oficiales y de la vida cotidiana.
Gran aficionada a la fotografía, las obras de Evelyn H. Lauder son la simbiosis dulce y armónica de la naturaleza y la figura de la mujer. En definitiva, unas creaciones que germinan con un lenguaje poético cargado de simbología y en las que la belleza es la principal protagonista. La artista, que actualmente vive en Nueva York, expone con regularidad en galerías y centros artísticos importantes, recaptando fondos para la Fundación Contra el Cáncer de Mama y financiando varias investigaciones para curar y prevenir la enfermedad.
Mediante sus fotografías, Ananias Leki intenta mostrar todo lo que va descubriendo en sus viajes, al mismo tiempo que, en un deseo de ir más allá, capta la realidad del inconsciente de una serie de gente que se ha ido encontrando en el transcurso de una ardua travesía de aprendizaje e investigación. Artista muy comprometido y activo, ha participado en numerosas exposiciones por África y Europa. Es el fotógrafo oficial del MASA (Marché des Arts et du Spectacle Africain) y su obra ha sido publicada en diversas revistas. Asimismo, ha hecho de comisario y promotor en varias exposiciones francesas. Sus imágenes se caracterizan por los categóricos contrastes entre el blanco y el negro y por las figuras recortadas por la luz profunda y penetrante.
Las imágenes fotográficas son el punto de partida para la creación de evocadoras obras cargadas de significados que invitan al espectador a dialogar con sus propios recuerdos. Composiciones reflejo de un deseo o del preciso instante cuando, al despertarnos, pisamos el dominio incierto entre el sueño y la conciencia. Parámetros fundamentados en las experiencias vividas a lo largo de los diferentes viajes, en los que las imágenes por sí mismas no son definitivas, sino mecanismos conductores de infinidad de sensaciones y pensamientos.
Desde 1993, Jo Milne vive y trabaja en Barcelona. Las líneas, los círculos, las esferas o los puntos son elementos constantes en sus trabajos, que remiten al mundo de las matemáticas, la ciencia o la tecnología. Piezas en constante mutación, redes que se extienden a través del lienzo y crean un cosmos en el que las secuencias y las repeticiones son las protagonistas. Sus obras, que se exhiben tanto en colecciones nacionales como internacionales, manifiestan sistemas complejos, estructuras aparentemente caóticas donde el espectador puede adentrarse para contemplar todo aquello que le es intangible.
Su trayectoria artística se inicia a mediados de la década de los sesenta, momento en el que realiza diversas exposiciones junto a Galí, Gubern y Jové, y para las que elabora esculturas e instalaciones eminentemente efímeras. Pionero del arte conceptual y del arte povera en España, sus Grans sèries (1962-2003), en las que encontramos una nueva visión de la pintura a partir de la composición con materiales extrapictóricos, se sitúa al margen de los movimientos establecidos. Asimismo, su obra se inscribe en una línea de investigación plástica, de síntesis y despojo formal que, iniciada en la década de los treinta, de la mano de Ferrant, Cristòfol y Miró, surge este conteste como una de las más singulares y radicales dentro del panorama contemporáneo español.
Fotografía: Antoni Bernad.
Artista que heredó de su abuelo y de su padre la fascinación por las pinturas románicas de la Vall de Boí. Este interés por las técnicas tradicionales se ve reflejado en su obra, en la que aplica la técnica del fresco a través de la utilización del pigmento en estado puro. Sus trabajos más recientes se caracterizan por una conjunción entre la escultura y la pintura, a medio camino entre la figuración y la abstracción. Lleó sabe combinar a la perfección pintura y relieve confiriendo al conjunto un matiz casi arquitectónico. Esta especie de organicismo pictórico espacial en el que lo material brota de la tela, es transmisor de dicotomías como lirismo-contundencia, presencia-transparencia y orden-caos.