Fotógrafo que retrata la realidad mediante unas instantáneas que son el reflejo de los constantes cambios sociales que sufre nuestro entorno más inmediato. Del más minúsculo detalle hasta la globalidad, nada escapa a su infatigable visor. A lo largo de los años, Darius Koehli ha ido sumergiéndose en las infinitas posibilidades que le atorga el universo fotográfico, universo que ha sabido, al mismo tiempo, enriquecer con sensibilidad y un amor incondicional por las minucias de la vida. El movimiento, la luz, el color, y los contrastes son las constantes en una trayectoria artística que fusiona pasado, presente y futuro. Su obra se encuentra en la Bibliothèque nationale de France, en París, y en numerosas colecciones privadas de todo el mundo.
Postgrado en Dirección de fotografia por la Escola Superior de Cinema i Audiovisual de Catalunya (ESCAC) en Barcelona. Hace más de quince años que trabaja en el mundo audiovisual como ayudante de cámera en diversos largometrajes; en este contexto encuentra la pasión por la foto fija, que actualmente compagina con el trabajo en la Fundació Foto Colectania. Recientemente ha realizado la foto fija del film La innocència, galardonado con un Goya la edición pasada.
Sus obras coloristas son el reflejo del mundo que lo rodea, de una circunstancia concreta y un entorno, pero también de lo más íntimo y subjetivo. Interesado por el equilibre entre el exterior y el interior, ordena el espacio y las figuras que contiene. Su obra, influida por el surrealismo, es el espejo de la psique y del inconsciente que se expresa en infinitud de formas y tonalidades.
Durante la década de los ochenta traslada su residencia al Ampurdán, desde donde viajará periódicamente a Marruecos. Su trabajo conecta con el arte primitivo, el mismo que en su momento interesó a Gauguin y Picasso. Sus pinturas son receptáculo de un lenguaje simbólico, donde la espontaneidad y la simplicidad hacen alusión constante a la vida y la muerte como eje de unión existencial.
Las telas de Marta Lafuente dialogan entre la figuración y la abstracción a la vez que exhalan belleza y lirismo. Fragmentos en los que las figuras humanas o los edificios conviven en armonía con vastas masas de pigmentos, rugosidades y todo tipo de materiales. Retrata marinas, ciudades y cielos que se desdoblan al reflejarse en el agua..., emplazamientos y personajes que enfatizan la dualidad entre la parte y el todo. Por medio de un lenguaje plástico que se filtra entre las fisuras del romanticismo y del materialismo figurativo, usa la técnica al óleo y el polvo de mármol para irisar la luz, las sombras, los colores y las formas.
Autodidacta, se aleja de las corrientes y las modas imperantes del arte contemporáneo. Las vivencias adquiridas en China, Canadá, Francia o Cataluña (lugar donde reside desde el año 1981), le han permitido articular su obra en torno a la pluralidad de miradas que retratan su estilo de vida. Traza con minuciosidad y delicadeza bodegones de objetos que cohabitan con utensilios contemporáneos como envases industriales, plásticos y coladores de aluminio. Acuarelas y dibujos de tonalidades grises donde palpita el recuerdo de Oriente con la austeridad de sus elementos y la pulcritud de unas imágenes llenas de una gran sensibilidad.