Su obra no utiliza objetos ni palabras sino que transporta al espectador a rincones lejanos y silenciosos. Los constantes viajes constituyen una aportación fundamental a su incesante necesidad creativa y expresiva. Escoge espacios que conectan con su sensibilidad y melancolía, vivencias sentidas, incorporadas a su psique para dejar gozar a través de las imágenes, de sus emociones. Alicia Ibarra experimenta con nuevos materiales y amalgamas para obtener texturas inéditas y transformar la materia en algo vivo y siempre cambiante, pues cada cuadro suyo es un universo de luces, texturas y sensaciones.
Pintor y grabador que formó parte de la segunda vanguardia catalana. A pesar de estar circunscrito dentro de una figuración expresiva, colorista y melancólica, su trabajo incluye influencias cubistas, fauvistas y de la corriente abstracta. Sus paisajes, figuras y sus naturalezas muertas son el resultado de un largo proceso de meditación y de estructuración, donde el antagonismo de cromatismos fluorescentes genera quietud y poesía.
Pintor de emociones, de sentimientos, de experiencias vitales que se liberan sobre la superficie de la tela para convertirse en proyección de su propia existencia. Aunque sus inicios se concretan en el informalismo orgánico, que abandona posteriormente para adentrarse en un periodo más figurativo. Actualmente, su lenguaje plástico es más expresionista. Contrastes latentes, de cruda y siniestra rebeldía, rehuyendo la mímesis natural aún siendo prisionero de su mundo interior.
Usando un lenguaje plástico anexionado al arte pop y que circunscribe a una pintura de carácter metafísico seducida por las ideas de De Chirico, reflexiona sobre la relación entre el ser humano y el espacio habitado. Sus composiciones nos ofrecen paisajes urbanos reducidos a la más mínima expresión, sin la presencia humana, sin detalles ni elementos superfluos, y en los que se erige con fuerza una arquitectura sintética de estructuras geométricas. No hay vida, sólo espacios para habitar…, escenografías desmedidas de urbanismo vertiginoso creadas por los humanos que contrarrestan con el aspecto grácil y divertido de unos colores intensos y vitales.
Dibujante de retratos psicológicos, cuerpos trazados por poéticas e inquietas suturas que enfatizan su fragilidad, símbolo e imagen del Cosmos. Sus obras esconden referencias líricas de autores como el crítico de arte José Corredor-Matheos. Sobre un rígido soporte metálico, sus representaciones ennoblecen la anatomía humana mediante majestuosos contornos y nítidos espacios lumínicos. Las dicotomías hombre-abismo, luz-tiniebla, lleno-vacío, materia-éter son reflejo de unas ideas enmarcadas dentro del realismo abstracto.
Con sus imágenes, redime la fotografía del hecho de ser un simple testigo presencial, y con una voluntad expresa de ir más allá del visor, la transforma en disciplina interactiva mediante el film gráfico sobreimpreso. Microscópicas gemas de color delicadamente encastadas en sus curiosos fotogramas. Superpone pintura y fotografía con un deseo de retroalimentación para mostrarnos una realidad que clama por ser escuchada y salir del anonimato.
Artista francés, vive en Toulouse donde es profesor de artes gráficas. Pintor interesado en los medios audiovisuales y digitales. Desde el año 2011 trabaja en diferentes proyectos en colaboración con el artista catalán Jordi Cerdà, se trata de trabajos basados en la confrontación y el intercambio, es decir, en la propuesta-respuesta. Uno de los proyectos más conocidos es el que se inició en 2003 sobre la obra de Kafka, pinturas de gran formato, series numéricas, películas, etc., que se expuso en la Fundació Vila Casas en el año 2013.
Residente en España desde 1991, ya desde pequeño se sintió atraído por el arte. Estudió economía, marketing y arte. Con la ilustración en periódicos y revistas consiguió un cierto reconocimiento dentro del mundo artístico de nuestro país. En su obra, bajo un trasfondo abstracto, influido por Mark Rothko y Ad Reinhardt existe una acción reflexiva cargada de lirismo, de emociones y de angustias. Cartografías pictóricas que organizan el espacio y el color para reflejar el sentido trágico de la vida y el drama de la existencia humana. Retratos del alma que concilian dos mundos antagónicos: la reflexión y el pensamiento más irracional e intimista.