Es uno de los máximos representantes de la renovación pictórica en Catalunya, con un lenguaje propio que toma una gran fuerza identitaria a partir de la década de los 90. Su obra expresa un fuerte componente mediterráneo, ya sea a través de los colores o las formas imperfectas y sencillas, pero de una inmensa sensualidad. Fue uno de los creadores del Grupo Sílex. En 1957 se trasladó a París para estudiar grabado y litografía en la Escuela de Bellas Artes. Allí adoptó una figuración geométrica en la que se destacan los elementos solitarios sobre fondos y campos lisos. A finales de los 80 Pijuan retoma el informalismo con una paleta dominada por el blanco y el negro. Y más tarde en sus obras se añadirán composiciones geométricas, casi matemáticas, como las cuadrículas que evocan un cierto misticismo.
Licenciado en historia del arte por la Universidad de Barcelona y graduado en escultura por la Escuela Massana, Hernández Clemente ha sido también aprendiz del maestro de la talla en piedra Mariano Andrés Vilella y es, desde el año 2009, residente en el Taller BDN. Bailando entre la autonomía de la escultura como objeto y la instalación, su procedimiento pasa principalmente en la nueva interpretación de los materiales clásicos y la combinación de éstos con otros no tan presentes en la escultura tradicional, creando un tándem simbólico en el que se establecen evidentes relaciones de vacío y lleno, pero sobre todo de la fragilidad con la que se mueven los cuerpos en el espacio y como así establecen silenciosos diálogos cargados de una fuerte poética capaz de traspasar los sentidos terrenales para instalarse en nosotros como nuevas historias y vivencias personales.
Artista multidisciplinario que realiza escultura, fotografía e instalaciones bajo un planteamiento teórico que reflexiona sobre la identidad en un mundo globalizado. Sus trabajos giran en torno a la desigualdad, la violencia o la cultura del consumo, de modo que provoca y sacude la conciencia del espectador. En su obra usa objetos de la vida cotidiana así como otros provenientes de la cultura urbana, como zapatillas, y aparecen referencias tanto de su infancia venezolana como de la cultura pop más global.
La obra de este polifacético artista gira en torno al tratamiento de imágenes a través de la técnica del fotomontaje, que bebe directamente de John Heartfield. El trabajo de Hernando González, llamado por algunos como el último dadaísta, se engendra a partir de aquello personal imaginario, donde el tiempo, el color, la ecología, la tecnología o los seres antropomorfos son los protagonistas principales. Creaciones que, extraídas de la corriente dadaísta, del pop arte i del mundo del cómic, nos invitan a reflexionar sobre el consumo de imágenes de nuestra sociedad.
Partiendo de una trayectoria marcada por la influencia del simbolismo abstracto deriva hacia un corriente más figurativo. Las referencias a la pintura del Renacimiento, la constante búsqueda del equilibrio compositivo y el elevado contenido simbólico de sus telas se convierten el hilo conductor de su proceso creativo. A través del ser humano, el artista busca la perfección y la armonía de su mundo interior. Presente y pasado se funden en una dimensión temporal, en la que el color y la geometría se hacen evidentes en unos rostros portadores de una historia, de unos deseos y de unas emociones, a través de la que el hombre y la naturaleza devienen una amalgama indivisible.
Pintor de figuras humanas, mujeres, paisajes o naturaleza muerta. A través de un cromatismo rico y lleno de personalidad, revela un mundo interno onírico, que sugiere intimidades vividas en el interior de habitáculos, salones y patios dónde planea el misterio de los paisajes captados en un momento de hechizo. Ha sido galardonado con diferentes premios, distinciones y ha sido considerado como mejor crítico entre los más prestigiosos comentaristas de arte.
Excéntrico por naturaleza, sus obras tienen un carácter extravagante, vital y dinámico. Fotografías, muros urbanos y pinturas multicolores que traspasan el límite del lienzo son, en parte, responsables de que el espectador se deje alienar por el mundo del cómic y de la fantasía. Bajo una apariencia de pictogramas creados para un público infantil hay una fuerza cinética serpenteante que concentra en su interior pensamientos heterogéneos y reivindicaciones sobre el paso del tiempo en las urbes, así como una evidente preocupación por la subsistencia y la pervivencia de la especie humana. Sus obras han saltado los muros de su ciudad natal para darse a conocer en lugares como Miami, Copenhague o Bruselas.
Licenciado en bellas artes por la Universidad de Barcelona, es uno de los artistas noveles con mayor proyección internacional, actualmente con presencia en exposiciones y colecciones de ciudades como Nueva York, Barcelona, Berlín o Los Ángeles. Su pintura es el reflejo de una modernidad convulsa y cambiante a la vez que se nos presenta como una ventana hacia una nueva visión de la realidad, más liberada y con nuevas perspectivas. El uso de cromatismos intensos y vibrantes plasmados sobre la superficie con un trazo eléctrico, vital aunque preciso y estudiado al mismo tiempo, hacen que la propia pintura cobre un aspecto vital, casi como si el artista hubiera provocado un trauma en la materia para empezar un diálogo con ella, haciendo girar en 360º el concepto histórico de abstracción pictórica y descubriendo en esta corriente un nuevo lenguaje en el que la intención es recrear la faz y la personalidad del color.