Àngel Ferrant se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, su ciudad natal. Considerado uno de los máximos exponentes de la escultura de vanguardia española, su primer contacto con las nuevas corrientes artísticas se produjo en París en 1913. Posteriormente, en 1920, se instalará en Barcelona, donde se vinculará con su tejido artístico para siempre y donde desarrollará asimismo una intensa labor pedagógica en La Llotja hasta 1934, año en que vuelve a Madrid. Aunque se inició en la pintura figurativa, su producción evolucionó enseguida hacia una escultura de raíces surrealistas, que se aproximaba igualmente al objet trouvé y que, marcada por un gran interés por el movimiento, se convirtió en un referente del arte cinético.
Su técnica pictórica, su metodología y su sensibilidad escenográfica son rasgos característicos enmarcados en el movimiento realista de finales del siglo XX. August Ferrer refleja y expresa la soledad del hombre en espacios deshabitados en los que vastas panorámicas de montañas, cielos nublados y ruinas cierran unas composiciones que introducen al espectador en paisajes sublimes propios del romanticismo.
Dulce inteligencia, sentido del humor y la autoironía son los rasgos identificativos de sus pinturas al óleo y de los dibujos hechos con lápices de colores. Flores y niñas de tonalidades alegres, clara referencia a la obra de Klee, Calder, Miró y Arp. Bajo sus composiciones minimalistas y de un mundo de formas elementales e ingenuas se esconde un elaborado proceso intelectual de síntesis y despojo.
Idea, exploración, viaje, recorrido, memoria, transformación, conceptos de apariencia opuesta, que con el uso de signos y símbolos, la artista fusiona. Mediante un lenguaje seductor, poético y de osada introspección, su obra argumenta la fragilidad humana y las contradicciones y complejidades de la multiplicidad racial, cultural y religiosa. Grabado, caligrafía, fotografía, grattage, collage y pinturas realizadas en fibra de vidrio, técnicas distintas para dar textura a imágenes tanto abstractas como figurativas. Ganadora de diversos premios y galardones, entre ellos el Premi d’Obra Gràfica d’Enciclopèdia Catalana 2003.
Escultor, pintor, dibujante y ceramista. Con una dilatada trayectoria, reflejada en multitud de técnicas, estilos y versatilidad plástica. Crucifijos, relieves, vidrieras, esgrafiados, mosaicos y monumentos en que incorpora materiales tradicionales e innovadores, como el poliuretano. Al margen de su producción escultórica, cabe destacar su obra en cerámica, de gres, decorada con pinturas, incisiones y una gran variedad de experimentos y ensayos con los materiales. Su trabajo, de un estilo muy personal, aboga por la curiosidad técnica y un fervoroso sentimiento de religiosidad. Ha sido merecedor de numerosos galardones y distinciones.
Sus pinturas reflejan la realidad bajo una poética muy particular. La calidez de unas formas geométricas simples que habitan un universo de color nos evocan la representación arcaica y clasicista, ya que el artista sabe dotar de una fuerza renovadora y enérgica toda una serie de objetos y estructuras volumétricas que son parte inherente de nuestra tradición más alejada. Fue galardonado con diversos premios y becas durante sus inicios como pintor.
Formada en diversas disciplinas como la pintura, el dibujo, el grabado, la escultura y la joyería, Tania Font ha trabajado en la escenografía para teatro y televisión en numerosos proyectos, así como también en la realización de escultura científica hiperrealista para museos en colaboración con el biólogo Ramon López. Su producción artística, centrada en la escultura y la pintura, destaca por la presencia de la figura humana, con una atención especial a las mujeres. Con la voluntad de explicar experiencias subjetivas, su obra reflexiona sobre la construcción y deconstrucción del sujeto femenino, así como sobre la difícil relación que las mujeres han mantenido con la palabra: una larga historia de silencios.
Durante toda su trayectoria artística ha compaginado la escultura y la pintura con el diseño gráfico. En 1996 ganó el primer premio del concurso internacional para el diseño del billete de cien euros convocado por la Unión Europea. Su obra enlaza de una forma muy personal la abstracción y el minimalismo al reducir a la esencia formal ciertas alusiones semánticas en la más pura ortodoxia de las estructuras primarias.
Manuel Fontanals, de padre ebanista y discípulo de Puig i Cadafalch, desarrolló la vida profesional alrededor de las artes aplicadas, y, sobre todo, de la escenografía, trabajando bajo la guía de Federico García Lorca y Margarida Xirgu, entre otros. Con la llegada de la Guerra Civil, se exilió en Buenos Aires y más delante en Ciudad de México, donde permaneció hasta su muerte y donde consiguió el zénit de su carrera profesional trabajando, con reconocidos honores, para el teatro y el cine y llevando a cabo decoraciones de interiores para tiendas y hoteles de lujo, y de casas de gente adinerada. La estética de sus trabajos es potencialmente modernista dando relevancia a la curva y denotando influencias del expresionismo y el fauvismo en el tratamiento del color, aunque con la emergencia de las nuevas vanguardias fue ajustando su estilo tiñendo los decorados de modernidad contemporánea, donde la luz se convirtió con el tiempo en el factor protagonista de sus creaciones.