Maquetista y escultor formado entre París, Milán y Barcelona, es el creador de una de las trayectorias escultóricas más sugestivas y desconocidas de este último siglo. Gran parte de su trabajo se centra en el tratamiento de piedras y minerales como por ejemplo el mármol y el alabastro, aunque también ha realizado obras en madera. Su primera exposición se celebró en el año 1976 en la Galeria Cadaqués, pero no es hasta 1991 que empieza a firmar con el nombre por el que es conocido actualmente. En su producción más reciente, Farreras vacía el interior de sus piezas dejando que la luz las invada, por lo que las llama 'catedrales'.
Naturalezas muertas, frutas, flores, libros abiertos y motivos cotidianos que brotan de un soporte de madera. Pintura sobria, luminosa, de gran perfección caligráfica y de pincelada suelta, reflexión sobre la caducidad de la vida y la belleza efímera. El trabajo de Leticia Feduchi se adentra en la esencia del arte de la representación. Sobre un fondo blanquecino separa el concepto de la forma y su contenido narrativo. Sabe otorgar el protagonismo a la forma, dejando a parte todo su significado inherente.
Artista multidisciplinar, la obra de Carmen Anzano va desde la pintura hasta la instalación, pasando por la pictoescultura. Desde sus primeras exposiciones a principios de los 90, ha buscado la relación entre forma y material, pero sobre todo ha centrado la búsqueda en atrapar el espacio donde estos dos factores se encuentran para articular un movimiento y una direccionalidad que le llevan a captar el lenguaje de su mundo interior. Tanto en acrílico como mediante el uso de hilos, cintas y tejidos sobre bastidores desnudos, la obra de Carmen Anzano crea un entramado de formas que, como conexiones lingüísticas, conforman una sintaxis en la que el diálogo con el espectador puede iniciarse en cualquiera de los puntos donde trama con trama, línea con línea, confluyen y nos llevan a nuevos territorios.
La necesidad de un encuentro con la realidad cotidiana en la pintura contemporánea es el eje vertebrador de su trabajo. Pintor, escultor e ilustrador, nacido en una familia de artistas, se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y es miembro del Cercle Artístic de Sant Lluc. Sus telas matéricas y minuciosas nos muestran fragmentos de la vida cotidiana: un buzón, una tubería o un grupo de gente; aunque también objetos: herramientas, motores e ingenios que llaman la atención del pintor. El objetivo de Hfernandez es recrear la realidad desde una óptica particular, al mismo tiempo que incorpora o elimina elementos bajo un anhelo que pone de manifiesto las infinitas posibilidades estéticas de una existencia ordinaria y periódica. Sirviéndose de una técnica pulcra y actual en sintonía con el ready-made duchampiano, utiliza, transforma o suprime objetos para hacer germinar formes nuevas de representación.
Àngel Ferrant se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, su ciudad natal. Considerado uno de los máximos exponentes de la escultura de vanguardia española, su primer contacto con las nuevas corrientes artísticas se produjo en París en 1913. Posteriormente, en 1920, se instalará en Barcelona, donde se vinculará con su tejido artístico para siempre y donde desarrollará asimismo una intensa labor pedagógica en La Llotja hasta 1934, año en que vuelve a Madrid. Aunque se inició en la pintura figurativa, su producción evolucionó enseguida hacia una escultura de raíces surrealistas, que se aproximaba igualmente al objet trouvé y que, marcada por un gran interés por el movimiento, se convirtió en un referente del arte cinético.
Su técnica pictórica, su metodología y su sensibilidad escenográfica son rasgos característicos enmarcados en el movimiento realista de finales del siglo XX. August Ferrer refleja y expresa la soledad del hombre en espacios deshabitados en los que vastas panorámicas de montañas, cielos nublados y ruinas cierran unas composiciones que introducen al espectador en paisajes sublimes propios del romanticismo.