Mediante un laborioso proceso de investigación cromática y de unas formas sugerentes y poco perfiladas, las pinturas de Daviu nos proyectan hacia el mundo infantil. Utiliza una paleta de tonalidades ácidas e inquietantes que nos llevan a reflexionar sobre el barniz de superficialidad que envuelve buena parte de nuestra sociedad consumista. Muestra figuras aparentemente inofensivas que desde los umbrales de la abstracción y la figuración nos dan una visión del mundo personal y, al mismo tiempo, crítica.
La personalidad de Juan de Andrés se anuncia en pequeñas y esenciales modificaciones dentro del arte madí, grupo constituido por artistas plásticos argentinos y uruguayos en 1946 en Buenos Aires. Su trabajo recurre a fragmentos de obras ya elaboradas y al recurso del material para así conseguir un sereno equilibrio en las composiciones, que dan expresión a su evocador magnetismo visual. Artesano que incorpora disparidad de elementos hasta obtener, en una simple curvatura o en el vaciado, una inestabilidad delicada, que rompe con la verticalidad u horizontalidad de numerosas composiciones. Sus pinturas y esculturas, están conectadas, en gran medida a cierto periodo de Nelson Ramos.
Autodidacta, empezó a usar elementos propios de su entorno, en el Alto Ampurdán (Cataluña), para atrapar su huella estética sobre papel, madera o piedra. En un primer momento, se aproximó al dibujo y a la pintura con la certeza de querer dedicarse por completo al mundo del arte. Ha expuesto tanto en España como en el extranjero. El ímpetu creativo, lleno de color y formas naturales en gran formato, caracterizan una obra que reflexiona sobre el individuo y todo lo que le rodea.
Su trayectoria artística se erige sobre la exploración de caminos pictóricos, conciliando diferentes técnicas como el dibujo, la pintura, el collage, la caligrafía o la fotografía. Utiliza el proceso de repetición, mediante la investigación del gesto y la superposición de elementos naturales y culturales: obra fragmentada regida por el azar, siempre inacabada y en proceso de continua transmutación; pintura abstracta como resultado de un laborioso y minucioso estudio experimental. En sus recientes creaciones Àlex de Fluvià combina la pincelada caligráfica japonesa con elementos como el papel estampado, el arabesco o la malla quebrada de raíz gaudiniana.
Escultor de la fragmentación, fusiona la física y la metafísica universal, la matemática y la mítica, revelando las tensiones entre los elementos más racionales o geométricos y la vertiente más abstracta o emocional de la existencia humana. Su obra, llena de verticalidad, se convierte en un telescopio mental de un universo que se conforma como una trama geométrica, poética. Refracciones mutantes de infinitud de significados que expresan sensaciones calidoscópicas.