Iniciado en el mundo de la fotografía, en el año 1979, las obras en blanco y negro de Juan Manuel Díaz Burgos nos evocan una visión particular del continente suramericano. Viajero incansable, sus lugares predilectos y más reproducidos han sido Cuba y Santo Domingo. Nos muestra la cotidianidad y el día a día de la gente al querer captar la voluptuosidad y la pasión que desprenden los habitantes de estos lugares. Instruido en la Universidad Popular, desde el año 2001, ha sido uno de los propulsores del Centro Histórico Fotográfico de la Región.
Pintor, dibujante y grabador, autodidacta de formación. Utiliza técnicas mixtas con acrílicos, y elabora una plástica que rompe radicalmente con la tradición paisajística de su Olot natal. Refleja un mundo ilusorio fabricado con objetos heteróclitos ubicados en interiores arbitrarios. Barajas de cartas, guantes, manzanas, relojes, zapatos, o espejos repartidos sobre un fondo ordenado por geometrías simétricas o en suspensión, de manera, que la forma real de los objetos contrarresta la azarosa disposición espacial. A partir de la década de los noventa proyecta obra pública.
Tomando como punto de partida paisajes, figuras femeninas y naturalezas muertas de atmósfera vaporosa, Doménech investiga nuevas formas de expresión. La mezcla de colores, sutileza materializada a través de la técnica del esfumado y la alternancia de luz y sombra, confieren a su obra un carácter reflexivo, ideológico y mágico. El éxito de su pintura radica en la personal manera de captar la luz y la realidad más inmediata. Ha sido galardonado con premios como el XI Premi Sant Jordi en 1975.
Artista polifacética, Madola se formó en la Escuela Massana y se doctoró en escultura por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.
Su dilatada trayectoria tanto artística como teórica ha destacado por su trabajo con la cerámica, dando continuidad al trabajo iniciado por Llorens Artigas y Antoni Cumella, usando los nuevos lenguajes artísticos sin abandonar las raíces culturales de esta técnica, modela las obras jugando con la plasticidad del barro, el color, el volumen y la forma, proyectando la figura en el espacio dando como resultado una atmósfera simbólica basada en las propias vivencias.
Formada en procedimientos pictóricos y escultóricos en la Llotja de Artes y Oficios de Barcelona, ha llevado su obra a varias salas de Catalunya e Italia.
Sus pinturas van desde la naturalidad a la abstracción dando mucha importancia al cromatismo, que aplica mediante trazos decisivos consiguiendo una obra fuerte y cálida, centrada en la sensación que despiertan las atmósferas que retrata.
Fotografías de rostros brillantes y satinados que, con mirada distante, parecen haber ingerido la poción secreta de la eterna juventud y nos ocultan los efectos devastadores del paso del tiempo. Personajes que, salidos de una dimensión desconocida, enlazan realidad y ficción. El artista nos muestra el ser viviente adulterado por las restricciones como un sonámbulo que, seducido por unas melodías disonantes, enturbia nuestra personalidad y las múltiples maneras de enfrentarse a una realidad enmascarada. El efecto hiperrealista con retoques surrealistas se consigue a través del método especial de revelado sobre acrílico y dibond, donde las diferentes capas otorgan misticismo, artificiosidad y fantasía a unas imágenes que son como auténticos maniquíes galácticos.
Ha sido galardonado con el Premio Internacional de Fotografía, en los años 2007 y 2008.
Galerista de arte y fotógrafo, ha convertido esta última ocupación en una pasión que le ha llevado a captar instantes irrepetibles, testimonios gráficos que envuelven el círculo de nuestra historia más reciente. Su fotografía recoge varias temáticas en las que son parte mayoritaria los viajes, donde encuentra a través de los rincones historias paralelas en las que las luces y las sombras juegan a estructurarse y a convertirse en nuevos parajes.
Hija del conocido investigador Francesc Duran-Reynals, Francesca Duran-Reynals inició la carrera artística a través de la creación gráfica y se dio a conocer al gran público gracias al cartel que hizo para la obra del conocido autor contracultural Jean-Claude Van Itallie, American Hurrah, estrenada en Nueva York el mismo año. Un año después se trasladó a Ciudad de México, donde llevó a cabo varias tareas para galerías y colecciones privadas, a la vez que transformaba su arte acercándose de manera notoria al collage experimental de tendencia surrealista. El tratamiento con el collage le procuró un nuevo lenguaje más próximo a la poética de los clásicos, que manifestó posteriormente en la escultura.
La obra de Francesca Duran-Reynals se conforma, pues, como un paso por los últimos movimientos artísticos del siglo XX mediante una delicada manipulación del collage que aplica en infinidad de soportes y materiales.