Formó parte juntamente con otros artistas como Marcos Palazzi y Nico Nubiola del grupo llamado San Paulino, que se caracterizó por su autonomía y su frescura. Rosó Cusó elabora con cuidado esculturas de hierro y bronce, obras de pared o exentas por las que, a través de sus orificios, se filtra la luz a manera de celosías o rosetones. Entorno a un tratamiento poético del espacio y del tiempo, la frontalidad compositiva otorga una aureola de espiritualidad, donde los encuadres que separan y unen las formas casi orgánicas, los bosques caóticos, los rosales de espinas o las redes, nos engullen hacia el vacío etéreo infinito.
Su creación principal se articula en dos facetas. Por un lado, Euràsia/Transeurasia/Antarctide (1978-2008), su ciclo poético total multilingüe, cerrado en 2009 con el viaje-performance en la Antártida como puesta en escena del silencio poético definitivo. Por otro lado, su aventura postpoética en curso, que, iniciada en 2005, se compone de una trilogía narrativa autoficcional en tercera persona con fotografías propias: Álbum del trasiego (2008), Álbum de la Antártida (2009) y Álbum errante(2012). Es autor, además, de Intermínims de navegació poètica, poemario completamente hipertextual y tetralingüe, disponible en Internet desde 1996, y del poema combinatorio interactivo Intertarot de Marsella, disponible desde 2008.
Ha colaborado en una cincuentena de revistas y periódicos; ha impartido conferencias en ocho países; ha expuesto individualmente en España, Francia, México, Estados Unidos y Argentina; ha trabajado con artistas plásticos internacionales, ha sido traducido a varias lenguas y ha traducido, a su vez, de varias lenguas al catalán y al español.
Arquitecto de profesión y fotógrafo por vocación, desde su juventud se ha dedicado a la fotografía arquitectónica, que ha ido combinando, posteriormente, con el dibujo y una fotografía de aire más costumbrista o social. Su interés por ciudades como Nueva York y Tokio, donde la individualidad, el aparente bienestar y el voraz consumismo se han convertido en un estilo de vida, es contrarrestado por el interés en otras culturas que a ojos de Occidente son un estallido de sensaciones confrontadas y heterogéneas evocadoras de 1.001 sueños.
Arquitecto y artista británico que reside en Barcelona desde el año 2000. Su obra se basa en el trabajo con materias orgánicas a las que interrumpe el proceso natural de descomposición para convertirlas en esculturas o collages retroiluminados en pared, con lo que forma un discurso sobre la lucha de dominación entre el ser humano y la naturaleza. En 2018 ganó el Premio de Escultura de la Fundació Vila Casas con la obra Rambla. Senescència.
Podemos inscribir la fotografía de Salvi Danés en la tendencia del nuevo documentalismo, género que más que buscar una única verdad, como hacía el documentalismo clásico, opta por hablar de realidades más amplias a partir de un enfoque mucho más libre, creativo y experimental. Juega con las posibles lecturas de los escenarios y las narrativas que captura, centrándose en temas como la subjetividad y la representación. Combina sus proyectos personales, publicados en libros como A les 8 al Bar Eusebi, con encargos editoriales y su labor como docente. Ha ganado varios premios de fotografía nacionales e internacionales, como en los World Photography Awards (2009, 2012) o los IPA (International Photography Awards) (2012).
Hijo del también fotógrafo Josep Darder, fue empresario metalúrgico aficionado al mundo de la fotografía. Durante su estancia en Barcelona en los años sesenta, registró con su cámara acontecimientos cotidianos bajo una atmósfera de tipo neorrealista. Sus fotografías, a pesar de tener una formalidad documental, nos otorgan una visión subjetiva de la confrontación entre la tradición y la expansión antinatural que sufrió la metrópoli a lo largo de los años. Narcís Darder no se limitó a plasmar espacios burgueses de Barcelona, sino que nos reveló el rostro más humano de unos barrios marginales como son el Carmel, el Somorrostro o Can Tunis.