Licenciada en bellas artes por la Universidad de Barcelona, María José Cortés Antequera explora los detalles de nuestra cotidianidad a través de una pintura de tipo hiperrealista, que intenta mostrarnos el lado más intimista de todo lo que nos rodea a la vez que aporta un punto de vista casi mágico, mediante las tonalidades cromáticas y los plácidos juegos de luz que parecen transportarnos de manera fragmentada a los espacios silenciosos del alma.
La obra de RC, pseudónimo de Roger Cortés, nos transporta hacia un espacio de trascendencia inusual en la práctica artística contemporánea. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, se enfrenta a cualquier disciplina artística: pintura, videocreación, instalación… a fin de mezclar, transformar, alterar y cuestionar los convencionalismos adheridos a un academicismo preeminente. A pesar de ser un joven creador, ha hecho múltiples y numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Jeff Cowen estudió Estudios Orientales, Anatomía y Dibujo, y de 1988 a 1992 trabajó como asistente de Larry Clark y Ralph Gibson. Mediante el antigua tradición de impresión en plata, y utilizando un atípico y laborioso proceso fotográfico donde intervienen productos químicos, pictóricos y de grabado, así como la provocación de accidentes, el artista se interesa en lo que él llama “el momento no”, la instantánea justo antes o justo después de un suceso, para traspasar las barreras físicas de la simple planimetría. Dentro de la cámara oscura busca y da forma a su propio mundo cargado de dualidades, de poesía y sensualidad, y genera un corpus atemporal. Bajo una simple apariencia azarosa, pues, hay una compleja simbología de alusiones y misterios.
Artista de reconocida internacionalidad y uno de los máximos exponentes de la escultura surrealista por la creación de un lenguaje que conjuga innovación y lirismo. Así como otros precursores de la vanguardia, el artista viajó a París y en contacto con el grupo surrealista, a principios de los años treinta, fue uno de los grandes innovadores en la disciplina escultórica. Compaginó su oficio de ebanista con el estudio del dibujo artístico, pero a pesar de adoptar un lenguaje figurativo, se le reconoce por unas obras metálicas dotadas de gran modernidad y de una estética anexionada al trabajo de Julio González. Usó un abanico infinito de materiales: cobre, madera, varios metales e incluso materiales considerados de desecho. Pese a ser merecedor de la Creu de Sant Jordi en el año 1983 y del Premi Nacional d’Arts Plàstiques en 1990, su proyección y su reconocimiento artístico han tenido una mayor repercusión internacionalmente.
Impregnado de las técnicas más innovadoras en el proceso de fabricación y elaboración del vidrio y sus múltiples vertientes, Joan Crous confecciona con delicadeza su arte culinario. La mezcla de vidrio reciclado con polvo, agua, arena y otros componentes da como resultado una fosilización de unos ingredientes característicos de la cultura popular y social de la comida. Su trabajo aglomera de forma metafórica tiempos pasados, presentes y futuros de las comidas, despertando los sentidos más ocultos de la memoria. Grandes episodios de la historia bajo una perspectiva gastronómica, que conviven con armonía en una minuciosa y sutil tridimensionalidad artística.
Voluptuosidad y profusión se despliegan en las obras de este pintor y escultor. Pinceladas gestuales, de una reducida gama cromática que juega con blancos y negros, inundan sus telas construyendo una iconografía breve pero contundente, dominada por el sexo femenino, la comida, los animales, la vida y la muerte. Una obra de marcado carácter mediterráneo, impetuosa pero estructurada, realista pero irónica, que huye del artificio para buscar la simplicidad.
Escultor y profesor de Bellas Artes. Durante la década de los 50 fue uno de los impulsores de la nueva plástica catalana llevando a cabo su trabajo artístico y docente por toda Europa, sobre todo en Suecia, Bélgica y Holanda. Los primeros pasos plásticos informalistas derivaron rápidamente en un expresionismo de carácter primitivo en el que las principales fuentes de inspiración fueron formas totémicas hechas en madera. En cambio, a partir de los 70 y los 80, incorpora a los procedimientos resinas, plásticos y cromatismos. La talla, que parece perfilada por la propia naturaleza, juega con líneas parabólicas y espacios vacíos que dan ligereza y movimiento a las piezas.