Pintor de sensaciones que emergen del choque entre el placer y el dolor, la plenitud y la austeridad. A través de las líneas horizontales nos muestra la piel de diferentes partes del cuerpo humano. Pliegues que son testimonio del paso del tiempo, resumen de vivencias y signo identificador de nuestra existencia. Sobre un suave fondo, en sus obras se superponen veladuras, fregado o salpicaduras, traza sombras de formas simples y sinuosas con el grafito. Recubierto todo con parafina, que otorga al conjunto un ambiente desteñido y difuminado. Josep M. Codina da la realidad cotidiana una visión innovadora al focalizar su mirada en todo aquello que antes no había sido objeto de nuestra atención.
Artista y cineasta, conocida por sus instalaciones fotográficas. Estudió en la Escuela Slade de Bellas Artes en Londres y en los Estados Unidos con una beca Fullbright. Su obra se centra en la memoria colectiva y en aquello que enlaza los rasgos comunes de una cultura universal. En sus fotografías domina una gran sensación de misterio que se refuerza por la impresión que transmiten que el tiempo se ha detenido. Son escenas casi oníricas donde una cierta simbología, asociación de ideas o referencias cultas buscan la complicidad del espectador.
Fotógrafo perteneciente a la generación de los cincuenta, renovó el lenguaje fotográfico de la época para incorporarlo a las tendencias vanguardistas imperantes. Sus referentes son los fotógrafos vanguardistas de París y Nueva York, como Cartier-Bresson, Brassaï, Man Ray, Walter Evans o Robert Frank. Imágenes en blanco y negro del proletariado más pobre de Barcelona, captadas clandestinamente en los suburbios constituyen fotorreportajes de gran veracidad histórica, sociológica y documental que le merecieron el Premio Nacional de Fotografía 2002.
Pintor, escultor y grabador, fue fundador, en 1964, del grupo Cogul y encargado de la Petite Gallerie de la Alliance Française. Es considerado uno de los escultores más representativos del arte catalán contemporáneo. Su obra es clave para entender la creación artística de la Lleida de la posguerra y la transición, de un modo similar a como lo hicieron Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada o Joan Hernández Pijuan en Barcelona.
Además de ser traductor, comisario, periodista y crítico de arte y literato, Narcís Comadira es escritor, poeta y pintor. Artista autodidacta que tiende hacia los colores calientes y las formas geométricas, simples y voluminosas, tiene una obra pictórica que amalgama lirismo con metodología y en la que las composiciones de trazos firmes y fronterizos se disuelven en una atmósfera fantasmagórica que nos evoca hacia la abstracción. Desde unos inicios circunscritos en el estilo novecentista y que anexiona con el primer expresionismo Kandinskyano, ha intentado captar la realidad por medio de connotaciones extraídas del pop y de la vanguardia, con el objetivo de adentrarnos en la esencia de la forma, el volumen y la luz para evocarnos al lirismo más absoluto.