Pintor que ha evolucionado del expresionismo hacia una abstracción de elementos posminimalistas. Martin Carral se siente atraído por la industrialización en sus facetas formales, materiales, coloristas y temáticas. Pintura y soporte se combinan con materias primas sin tratar o alternadas con densas argamasas monocromáticas. Sus pinceladas pautan ritmos compasados, que recuerdan a Richard Serra o Richard Deacon, en los que modela la tridimensionalidad de síntesis reduccionistas y figuras simples en intersección, como óvalos, círculos, o líneas.
Pintor catalán que se relacionó con el Círculo Maillol presidido por Josep Maria de Sucre y constituido entre otros por Charles Collet de quien aprendió escultura, cerámica, esmalte y grabado. Además, fue ilustrador de libros. Sus cuadros de paisajes gerundenses como Cadaqués, y de Ibiza son composiciones ordenadas de colores plácidos y contornos confusos. En 1994 la Generalitat de Catalunya le concedió la Creu de Sant Jordi por su tarea pedagógica relacionada con el arte y por la difusión internacional de los paisajes ampurdaneses.
David Casals Moreno es uno de los máximos exponentes del nuevo realismo contemporáneo. Sin renunciar a la pintura abstracta del siglo anterior, su visión parte de una innovadora figuración que enriquece la historia del arte como testimonio de la huella humana. La producción de Casals presenta escenarios naturales puntualmente alterados por la acción humana, alojando en la esencia de la obra un ambiente de soledad y quietud como inagotable fuente interpretativa de una temática perenne.
Traza en el aire sinuosas líneas de hierro. Esculturas perforadas donde las sombras se cuelan en la inmensidad del espacio. Tridimensionalidad como receptáculo de fragilidad y, a su vez, consistencia, formas simples que contienen un mensaje complejo que envuelve una reflexión sobre misterio y la fuerza de la creación. Nubes que lloran, estructuras leves y de dulce fragilidad, como coladores totémicos que se apropian de las leyes físicas de la gravedad y nos empujan hacia la infinitud, más allá del puro placer visual.
Esteve Casanoves concibe la escultura, la pintura, la fotografía y el vídeo como una constelación de significados. Su mundo es un espacio de convergencias: destrucción-construcción, movimiento-quietud, permutación-estabilidad. Arte rítmico y poético, alejado de la representación figurativa, delirio abstracto de la razón. Investiga con las texturas, la consistencia de la materia y los espacios y en medio de este ensayo la plasticidad se transmuta en vitalidad y energía. Obra laberíntica, entramado de caminos y bifurcaciones que provocan en el espectador el placer de confundir y reencontrar el camino perdido.
Pascual Casaubón adopta de su tierra la piedra de Ulldecona a la que infunde vida y síntesis. Desfigura la masa para mostrarnos una especie de cuerpo vivo, orgánico. Arte en tensión, formas sensuales de donde surgen agua, grietas, estratos, sedimentos, formas fálicas, ovoides y montículos que se levantan hacia el cielo o se extienden a ras de tierra. Una fusión entre el rigor de las rectas y la gracilidad de las curvas, que son como acantilados que nos empujan al vacío vertiginoso. En sus más recientes se advierten formas geométricas de abstracción simbólica que rememoran el modernismo catalán de raíz gaudiniana.