Escultor y fotógrafo que mediante un proceso de desmaterialización acentúa la esencia de los objetos, más allá de la simple representación. Desnuda el mundo real para adentrarnos en sus componentes más trascendentales: el vacío, la oscuridad, el silencio, expresiones del gesto artístico, y espacio que invita a la introspección y a la liberación de la mirada. Jordi Canudas ha decidido, con su obra, situar el arte en una zona neutra frente al hiperexpresivo mundo que nos rodea.
Su fotografía parte de la tradición narrativa de Duane Michals y otros, así como de una variedad de corrientes pictóricas, como por ejemplo el tenebrismo de Caravaggio, el surrealismo de Magritte o la escuela holandesa de pintura, por citar solo algunas. Es una fotógrafa versátil a quien le atraen muchos géneros y formatos: desde bodegones a retratos, pasando por fábulas con animales, fotografía documental o fotografía de arquitectura e interiores. A pesar de esta diversidad, su estilo es reconocible y se caracteriza por la voluntad de explicar historias que, a menudo, transitan en la línea que separa la realidad de la ficción.
Pintor y dibujante, hijo del escultor Lluís Carbonell. Sus primeras incursiones pictóricas se focalizan en los paisajes, las figuras femeninas y las composiciones de interiores de influencia constructivista, pero ha derivado hacia ambientes de creciente decorativismo, composiciones sinfónicas, con Gustav Klimt como referente. Su obra nos traslada a un universo de color, de iluminación diáfana que irradia serenidad, claridad y lirismo.
Pintor de obras de temática figurativa protagonizadas por unos sujetos, unas arquitecturas o fragmentos de la naturaleza que nos resultan familiares. En definitiva, situaciones y actitudes cotidianas, envueltas por una cierta atmósfera de contemplación serena y silencio. La luz intensa y un trazo imperceptible compuesto por una densa capa matérica que no deja huella, son los rasgos ineludibles de su trabajo. Ha sido galardonado con varios premios y forma parte de destacadas colecciones privadas.
Rostros humanos, manos crispadas, inscripciones y caligrafías se unifican de manera aparentemente caótica en la obra de Armand Cardona, pintor y dibujante de formación autodidacta.Sus piezas, figurativas y a menudo trabajadas a partir de una misma temática, se convierten en una crónica de nuestro tiempo gracias a su visión ácida y crítica de la sociedad. Sus trazos, negros y sinuosos, subrayan su particular iconografía, que bebe de influencias tan diversas como la pintura de los retablos románicos o los mass media... Armand Cardona expuso en varios países como Italia, Alemania, Francia y los Estados Unidos, y fue galardonado con el premio Ynglada-Guillot en el año 1971.
Figuras voluptuosas y gráciles que reclaman la atención del espectador, colores enérgicos que otorgan vida a sentimientos soterrados y que sienten la necesidad de brotar del anonimato. Su pintura es un instrumento que aboga por un cambio inmediato y que nos abre los ojos dentro de una sociedad cegada por la absurdidad. Representaciones que otorgan al espectador una consciencia existencial enturbiada por la insatisfacción, la inseguridad y las miserias humanas.