Consciente del estado del mundo, la escultura de Pablo Bruera es una evocación a la realidad. Basándose en la cinética y el cubismo, utiliza materiales de tipo industrial —aquellos que representan el avance tecnológico y todos los conceptos de rutina y consumo que nos abordan—, que convierte en formas arraigadas a la naturaleza, contribuyendo a la concienciación social sobre la transformación de los recursos y las múltiples lecturas que cada uno puede hacer de la situación gracias a la interacción directa con la obra, ya que el artista las crea para que sean manipuladas y percibidas, y acercar así el hecho artístico a todos los que sientan el impulso de participar en este movimiento global.
Pintor, dibujante y grabador autodidacta. Miembro de la Agrupació d’Aquarel•listes de Catalunya, fue galardonado en esta especialidad. Creador de paisajes y marinas de cromatismo rico y vibrante. En sus óleos otorga solemnidad a la pincelada directa, espontánea y amplia. Joaquim Budesca hace un estudio minucioso del color, de las estructuras matéricas como exaltación de la naturaleza dominada por la luz mediterránea. Paisajes esquemáticos ordenados en múltiples manchas, resultado de un proceso de abstracción y conceptualización.
Juan Bufill ha trabajado múltiples disciplinas, como la poesía, el cine experimental y de arte y ensayo, ha escrito guiones de cómics y para televisión. Ha sido, además, comisario de exposiciones y crítico de fotografía. Como fotógrafo capta instantes huidizos de tiempos invisibles mediante la materialización de trayectos de luz y corrientes lumínicas convertidas en detonantes de nuevas realidades.
Participa en exposiciones desde el año 1986 y fue instructor del género retratista en varios cursos y seminarios. Josep Maria Cabané vela por la representación de la figura humana, usando la estética del retrato pero rehuyendo la fidelidad fotográfica. Sus personajes son el resultado de una reformulación de los rasgos humanos, de la imaginación y del propio universo intimista. Reanuda y distorsiona todo aquello que vemos bajo una clara intención transformadora que le acerca al surrealismo de Magritte, pero que envuelve de melancolía y donde el vacío espacial da relieve y protagonismo al individuo. Sus últimos trabajos derivan hacia un tratamiento de los aspectos más históricos de la memoria cíclica.
Escultor que crea figuras expresionistas estilizadas, para evolucionar hacía la abstracción con un lenguaje de formas orgánicas y ensamblajes, clara alusión al Pop Art. Celebra su primera exposición el año 1965, asesorado por el escultor Domènec Fita. Entre los años 1981 y 1991 modela esculturas de gran formato destinadas a espacios públicos, y al mismo tiempo empieza a experimentar con nuevas formas y materiales sin abandonar la madera en su hábitat forestal.
Pintora, escultora, fotógrafa y poeta, Lita Cabellut, artista catalana afincada en Holanda, reivindica la universalidad del arte y describe, a través de este, la realidad de la condición humana. Visiblemente influida por artistas como Goya o Francis Bacon, su universo creativo se aferra al compromiso y la preocupación por el ser humano, al que coge como objeto e introduce en la obra mediante una técnica en la que la importancia recae en captar la vivacidad de la piel, el órgano externo que revela el paso del tiempo y las experiencias, aquel que desnuda la crudeza, la fuerza, el carácter y la angustia de los instantes más emotivos de su existencia.
Trabaja sobre todo la fotografía de paisaje, centrándose, mayoritariamente, en las vistas costeras. Sus imágenes, conseguidas con diferentes recursos de la fotografía digital, filtros y una larga exposición a la luz, muestran escenas enigmáticas, incluso conmovedoras, que invitan al espectador a descubrir la belleza de la realidad que nos rodea y adentrarse en un mundo en el que las cosas aparentemente ordinarias devienen exquisitas.
La evolución de Xavier Calicó ha conseguido que, con el paso de los años, su trabajo transite a lo largo de diversas tendencias artísticas, siguiendo criterios sorprendentes y, en ocasiones, insertándose en corrientes de aspecto generalista. Después de un periodo inicial en el que experimenta con la abstracción y la figuración, a mediados del año 1967 el artista configura un lenguaje propio como reflejo de un mundo en el que las formas sintéticas y los colores se entremezclan bajo una concepción mironiana. Sin embargo, desde finales de los años setenta, su trabajo hace un repentino viraje al dejarse seducir por el neoexpresionismo alemán, que desemboca en un sin retorno figurativo de tono realista.
Sergio Calleja, utiliza, principalmente, la técnica acrílica sobre un soporte de tela de lino. Ha evolucionado desde un estilo fuertemente influenciado por Ringo de Julian hacia el monocromatismo (blanco-negro-gris) como resultado de la observación de las obras de Franz Kline o las fotografías de Bernd y Hilla Becher. Estructuras arquitectónicas e industriales confieren a sus composiciones un carácter dinámico y colosal que fricciona con el ámbito científico-técnico, para llevar al espectador a una reflexión sobre la forma, la analogía, la estructura básica de un sistema que parte del anonimato, la soledad, como quien observa un conjunto de elementos sin esperar verdaderos cambios.