Escultor, pintor y dibujante. Hijo de Josep Bofill Herrero y sucesor, en una primera etapa, de una saga familiar de belenistas. Su pintura muestra una estética cercana al dibujo, y su escultura es de un realismo de sustrato filosófico dónde se debate la dualidad, la ambigüedad y la lucha de contrarios. En 1983 realizó una Al•legoria de Sant Jordi para el Palau de la Generalitat en Barcelona.
Licenciada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, enriquece su formación en Nueva York, Santiago de Chile e Italia. Se centra en la pintura al óleo, el grabado y la escritura. A partir del año 2009, decide adentrarse en la ilustración, técnica que abandona en 2021, con el fin de dedicarse plenamente a la pintura. Se aleja de la representación figurativa para profundizar en la abstracción y la expresión mínima, donde el blanco casi absoluto emerge como el elemento central. A través de la línea y composiciones matéricas, que combina con colores pálidos y sombríos, genera veladuras sobre un fondo blanco, generalmente. Sus obras tienen un estilo muy íntimo y personal, y narran vivencias y recuerdos de la propia artista. A lo largo de su carrera artística, ha llevado a cabo distintas exposiciones en Barcelona, París, Berlín, México, entre otras ciudades. En el año 2018 recibe la Medalla al Mèrit Cultural de la Generalitat de València.
Pintor y profesor de pintura. Miembro del grupo Gallot y de la Sala Tres de la Acadèmia de Belles Arts de Sabadell, su trabajo se enmarca dentro del arte abstracto. En 1977 entró en contacto con el poeta Joan Brossa, con el que colaboró en algunas ocasiones. Sus obras se caracterizan por el monocromatismo sobrio que se aleja de la corriente matérica informalista.
Artista multidisciplinar que se adentra en los interrogantes de la dualidad naturaleza-cultura, como consecuencia de un referente romántico frente al consumismo, la masa y el frenesí tecnológico. Expresión de la necesidad de crear nuevas cartografías, mapas cognitivos de una dialéctica de las representaciones, espejos de la metamórfica complejidad social. Su obra “en evolución” demanda la participación activa del espectador, en la que cada uno de nosotros transcribimos el propio diario cotidiano. El trabajo de Perejaume combina las artes plásticas y la literatura, que mediante la metáfora se expande en todas direcciones y obstaculiza, al mismo tiempo, la catalogación de tanta riqueza y complejidad.
La artista se enmarca en una pintura figurativa que fija su atención en la diversidad de matices naturales. Cursó estudios en la Escuela Massana y los continuó en la Llotja de Barcelona. Ha expuesto en salas de prestigio de Venecia y Cataluña.
A pesar de autodefinirse como poeta, en su obra, la palabra, la imagen, el sonido y la dramaturgia toman cuerpo en una cuarta dimensión heredada del concepto obra de arte total de Richard Wagner. Entendida como síntesis de todas las artes poéticas, visuales, musicales y escénicas, su prolongada herencia se alarga hacía la poesía literaria, teatral y visual, los poemas objeto y urbanos, así como los guiones cinematográficos, libretos de ópera y otros textos sonoros, prosa, cartelismo, instalaciones o libros de arte. En sus inicios, Brossa colaboró en la creación de la revista Algol, junto con Antoni Tàpies. Su aproximación al mundo del arte plástico, comporta la adhesión de otros artistas, como Moisés Villèlia, Frederic Amat, Perejaume o Eduardo Chillida. Entre innumerables premios y reconocimientos, cabe destacar la Medalla Picasso de la UNESCO en 1988 y el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1992. Brossa es una de las figuras clave del arte y la literatura catalana contemporáneos. En 1999 se constituyó la fundación que lleva su nombre, la Fundació Joan Brossa con la idea no sólo de legar su obra sino también de promover, difundir y fomentar la cultura catalana.