Considerado uno de los punteros del expresionismo abstracto de la década de los 60, en una época de experimentación plástica, se embarcó en París donde la suerte no jugó de su lado. Hasta los 80 no vuelve al circuito artístico, donde aún sigue trabajando y experimentando. Can Framis, con una muestra de sentido cronológico, reivindica Jiménez-Balaguer como artista destacado.
Source: Regió 7