Aprendió en un taller de ilustración en Barcelona y posteriormente se fue a vivir a Suiza, donde se inició en el grabado. Influido por un ambiente de artistas vanguardistas como, por ejemplo, Joan Miró, su obra se caracteriza por poseer un lenguaje personal, lleno de símbolos que forman parte de un imaginario propio que nos transporta a un mundo onírico. Su estilo evoluciona hacia el expresionismo alemán, en el que supera medios tradicionales y domina las técnicas más alternativas.