En los ochenta se inició en el campo de la fotografía de manera autodidacta. Mediante sus imágenes ofrece al espectador la posibilidad de descubrir la vida cotidiana y más íntima del ser humano con escenas de fantasía erótica. Analiza el paso del tiempo y la memoria como reflejo del alma. Al mismo tiempo retrata los “no-lugares” fuera del espacio y del tiempo, entre la realidad y lo onírico. En definitiva, unos espacios extraños y fantasmagóricos donde el silencio y el misticismo enturbian las formas físicas y donde nuestra memoria se pierde en un espacio espiritual.