Raimon Camprubí empezó con la fotografía guiado por su padre, que era un fantástico fotógrafo aficionado, y con el tiempo pasó a convertirse en discípulo de Francesc Català-Roca durante casi 10 años. En 1966 se independiza y empieza, siguiendo la estela del maestro, a trabajar para varias publicaciones de arte, arquitectura, publicidad y diseño industrial. De estos trabajos y los viajes que surgieron, Camprubí publicó una colección de libros en torno a la herencia cultural y las particularidades geográficas del Estado español. Destacan Montserrat y Ver Galicia, por los que recibió el Premio Apel·les Mestres del Instituto del Libro Español en 1977 y 1982. Raimon Camprubí ha concebido de esta forma el trabajo fotográfico a modo de fotoperiodista y gracias a su dominio de la luz, tanto en blanco y negro como en la fotografía de color, ha conseguido composiciones casi pictóricas del contorno social e histórico de nuestras tierras.