Barcelona, 1975
Gemma París trabaja la pintura i la fotografía bajo la estética del pop, en sintonía con las tendencias actuales que conjugan arte y diseño. Uno de los elementos que le caracterizan es la dilución de los límites entre la pintura y la fotografía por medio de ensayos que confunden y emulsionan las dos disciplinas. Sus representaciones destilan entusiasmo y colorismo que, bajo un aspecto de ligereza, nos inducen a meditar sobre la percepción del tiempo y del espacio. Además, a menudo experimenta con la técnica del dibujo y realiza versatilidad de instalaciones.