Terrassa, Barcelona, 1965
Escultor de geometrías realizadas con plomo, hierro y acero. Estructuras cúbicas enmarcadas en el llamado Arte Concreto, que se fundamenta en los principios matemáticos y racionales de las formas. Interesado en las composiciones y su organización, Carles Valverde articula el espacio en sí mismo, ordena la luz i reconduce la mirada del espectador.
Bajo un aspecto sobrio, sencillo y silencioso se ocultan la emoción, la sensualidad y armonía, más allá del concepto puramente formal.