Entre los años 1980 y 1985 estudió las diferentes técnicas escultóricas, pero no fue hasta el año 1989 que empezó a exponer su trabajo de forma individual. Sus esculturas establecen una relación con el espacio muy particular y subjetiva, y la sencillez volumétrica emerge imperiosamente. Realiza la mímesis entre forma y paisaje mediante unos contornos que se abren y se proyectan con fuerza hacia el exterior. El artista atorga relevancia a la base, al suelo desde donde florece la escultura, como un ser vivo, entre orgánico y mineral.