Desde hace 20 años trabaja en escultura y dibujo de gran formato. El tema alpino emerge en su obra a partir de 1999 fruto de su anterior experiencia como alpinista. Es sobre todo a raíz de una expedición en el Everest de la que formó parte, que se ha interesado por la iconografía de esta montaña, así como por las rocas de Montserrat, relacionadas también con su experiencia personal. Conceptualmente su obra reflexiona en torno al paralelismo entre la experiencia de escalar montañas y el viaje contemplativo hacia un paisaje interior, como metáfora del crecimiento personal; equiparando los peligros de la escalada con los peligros —tentaciones— del crecimiento del espíritu.