“Poemajes”, a cargo de Glòria Bosch, es el resultado de una comunión entre mirada y palabra en torno al paisaje y la naturaleza. Martí Boada (San Celoni, 1949), naturalista, investigador y artista, y Teresa Romanillos (Barcelona, 1960), artista visual, trasladan la organicidad y la esencia biológica al ámbito estético para celebrar su belleza.
Teresa Romanillos (Barcelona, 1960) es cardióloga y ejerce en el Hospital de Sant Celoni. Martí Boada (Sant Celoni, 1949) es científico ambientólogo y geógrafo. Entre ellos, dos nexos vitales de unión: la ciencia y el Montseny. Un Montseny del que Boada ha estudiado minuciosamente la flora, la fauna, el clima y el aprovechamiento forestal y donde los do..
Teresa Romanillos (Barcelona, 1960) es cardióloga y ejerce en el Hospital de Sant Celoni. Martí Boada (Sant Celoni, 1949) es científico ambientólogo y geógrafo. Entre ellos, dos nexos vitales de unión: la ciencia y el Montseny. Un Montseny del que Boada ha estudiado minuciosamente la flora, la fauna, el clima y el aprovechamiento forestal y donde los dos encuentran su inspiración artística.
En la obra que presentamos ambos artistas hacen confluir sus intereses, de un lado el profundo conocimiento del territorio que brinda Boada y, del otro, la inquietud estética que aporta Romanillos y que convierte las imágenes en poesía visual. Se trata de unas piezas que se comunican y se completan gracias a la mirada del espectador, que aporta su bagaje y, con ello, un punto de vista propio.
Para ellos es importante la evolución de la obra en este momento y el hecho de que, de algún modo, lo que vemos u observamos nos construye y, al mismo tiempo, lo que hemos visto previamente nos condiciona a la hora de enfrentarnos a nuevas imágenes. Se trata de un procedimiento infinito e individual, propio e intransferible. Al mismo tiempo, al observar un paisaje o cualquier imagen esta pasa a formar parte de nosotros mismos en tanto que deviene parte del bagaje que almacenamos a lo largo de nuestro camino vital, en un proceso de mímesis entre el espectador y lo que observa.
En esta exposición Boada y Romanillos buscan presentar unas imágenes intuitivas e íntimas, despojando la mirada de cualquier intencionalidad previa, hasta el punto de rozar la representación no figurativa. La imagen se desnuda de todo contenido y deviene trazo, y el trazo, palabras, y las palabras, emociones.