Fotógrafa de origen sueco y afincada en Barcelona desde 1977. Se inició en la fotografía a los diez años, gracias a un tío que la practicaba de manera amateur y hacia los veinte años se mudó a París en búsqueda de cumplir el sueño de dedicarse a ello profesionalmente. Ha trabajado la fotografía de moda y su nombre ha sido de los más reconocidos en el entorno publicitario, pero si algo le apasiona es el retrato. Se autoproclama una amante de la sencillez y la sobriedad y afirma que trabaja construyendo imágenes, en el sentido que estudia y planifica hasta el último detalle la imagen que pretende conseguir; esto deriva en unas fotografías de una pureza poética sublime. Fue fotógrafa oficial de las ceremonias de abertura y clausura de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona y en 2017 fue galardonada con el Premio Nacional de Cultura CoNCA.
Apasionado por las culturas orientales y africanas, ha dedicado gran parte de su trabajo en fotografía y escritura a dar a conocer estas tradiciones. Jefe de redacción y director de arte de la revista Ajoblanco entre el año 1987 y el verano de 1993. En el libro Los oasis de Egipto, documenta la vida cotidiana en el desierto y los paisajes en peligro de ser asfaltados. En publicaciones como, por ejemplo, Viaje al país de las almas, muestra las creencias ancestrales de las poblaciones que habitan en Costa de Marfil. Colaboró con la UNESCO en el año 2001 para fotografiar la Medina de Marrakech, un proyecto que fue expuesto en la sede de París y en las Naciones Unidas en Nueva York. Es un artista que nos acerca a sociedades en contacto profundo con la naturaleza. Su obra ofrece toda una experiencia enriquecedora para el ser humano occidental, inmerso en un mundo tan digitalizado.
Pintor, escultor e ilustrador. La mayor parte de su carrera la ha llevado a cabo en Madrid, aunque siempre ha estado en contacto con Catalunya y su ciudad natal, donde instaló en 1991 una de sus obras más relevantes, Pasífae. Suele centrar su iconografía en episodios y personajes de la mitología griega y la cultura cicládica, a los que aporta una visión lúdica, burlesca y onírica. Ha celebrado exposiciones en todo el Estado y también en distintos países europeos, además de participar en dos ocasiones en la Biennal de São Paulo (1969 y 1974).
Cineasta y fotógrafa autodidacta, empezó haciendo retratos infantiles y reportajes de paisajismo. Aunque en 1969 participó en Espectáculo Sartre, dirigida por Adolfo Marsillach, que le abriría las puertas al mundo del espectáculo. Enfocó su obra primero hacia los desnudos para, posteriormente, trabajar las artes escénicas. Ha llevado su creación a revistas de moda, publicidad y algunas películas y cortometrajes de nivel nacional. Ha dirigido y escrito los guiones de producciones audiovisuales propias como De sol a sol (1968) o El sombrero Rojo (1963). Ha captado, además, la esencia de algunas performances de Rafael Alberti y Núria Espert, de quien es la fotógrafa oficial y con la que ha realizado varios trabajos, como Mirades d’escena, en el que captura el montaje, ensayo y representación de una obra teatral. También ha publicado el libro Gent nostra (1989) y ha colaborado en varias publicaciones y exposiciones. Así mismo ha colaborado con el Centro Dramático de la Generalitat Valenciana. Montse Faixat juega con el instante, la poesía de la luz, de los claroscuros, y la expresividad dramática del teatro. Captura los sentimientos y las sensaciones a través del gesto, transportando al espectador dentro de la escena y haciéndole partícipe de la acción desde la misma fotografía, que rezuman la quietud y a la vez la tensión que todo actor experimenta antes de la tormenta escénica.
Pintor y dibujante autodidacta. Partiendo de unos rostros de máscaras primitivas, su pintura experimenta con las texturas y el color. Utiliza el yeso, el azufre, técnicas de incisión y de pirograbado, efectos de relieve, así como otras prácticas pictóricas poco convencionales. Des del año 1972 abandona el substrato figurativo y se introduce en las posibilidades expresivas de la abstracción. A mediados de los años setenta, el trazo y el cromatismo van adquiriendo protagonismo y su plástica deriva hacia composiciones organizadas por la articulación de planos, espacios cuarteados y sobrias estructuras planimétricas en blanco y negro.