Castro ubica al espectador en la atracción del misterio mediante una dermis de pintura figurativa intimista. Con un dibujo sencillo, de formas simples y definidas, sus personajes, al acecho, evocan una nostalgia infundida de complicidad, reflexión y curiosidad para indagar qué sucede en la escena. Artista cautivado por la atmósfera, las vibraciones producidas por la composición, así como por el modo táctil que deja su poso en la tela. La obra de Castro rehuye los estereotipos y se encorva por la risa oculta y la sonrisa burlesca en una paleta de tierras ocres, rojizas y anaranjadas.
Uno de los principales representantes de la vanguardia fotográfica catalana de los años treinta, cartelista industrial, redactor de numerosos artículos e ilustrador de libros sobre el potencial de la imagen fotográfica en publicidad. Mediante efectos lumínicos dramáticos, Català Pic realizó audaces incursiones en el fotomontaje donde integra las tendencias coexistentes del periodo de entreguerras: surrealismo, constructivismo, Nueva Objetividad, la Bauhaus, y el cartelismo publicitario de los Dadaístas y de Man Ray. Trabajó como periodista y grafista para la Comisaría de Propaganda de la Generalitat (Govern Nacional Català) durante la Guerra Civil española.
Fue gracias a su padre, Pere Català Pic, que se inició en el mundo de la fotografía con tan sólo 13 años. Aunque no fue hasta 1947 que, ya en un estudio propio, se dedicó a trabajar en el campo de la fotografía industrial y de la ilustración. Colaboró en diversas revistas como el semanario Revista y con el grupo de arquitectos Grup R. Sus imágenes abarcan desde el paisaje natural y urbano hasta la documentación artística y etnográfica. Ha retratado a personajes de nuestra cultura como Salvador Dalí, Joan Miró o Josep Pla, entre muchos otros. A lo largo de toda su trayectoria profesional, ha sido galardonado con numerosos reconocimientos: el Premio Nacional de las Artes Plásticas (1983) otorgado por el Ministerio de Cultura, la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (1992) y la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona.
En 1967 empieza a trabajar como fotógrafo free lance, realizando reportajes de viajes para La Vanguardia y Destino. Desde la primera exposición en 1972, su obra forma parte de innumerables colecciones públicas y privadas de todo el mundo. En 2001 fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía y el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Sus imágenes son el resultado de contemplar las múltiples caras de la naturaleza para inmortalizarla en su estado más puro. A menudo experimenta con técnicas fotográficas del s. XIX como el calotipo en la Polaroid, y así sus desnudos, paisajes, retratos o bodegones, embriagados por una atmósfera de melancolía reflejan atemporalidad y realidad.
El trabajo de Agustí Centelles, figura clave del fotoperiodismo español, constituye un testimonio ineludible de uno de los episodios que han marcado la memoria histórica y visual de España hasta nuestros días: el de la Guerra Civil. Los encuadramientos, los puntos de vista y la profundidad de sus fotografías, obtenidas con la cámara Leica, atrapan el tiempo transpirando modernidad. Obras poéticas de fuerza épica e intensidad dramática que, lejos de caer en el anecdotismo, muestran una realidad desnuda de gran potencial discursivo. Vetado al fotoperiodismo por el régimen franquista, al volver del exilio en el año 1994, se dedicó a la fotografía publicitaria. Dos años antes de morir, obtuvo el Premio Nacional de Fotografía.
IMÁGENES: España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Centro Documental de la Memoria Histórica. Archivo Agustí Centelles i Ossó.
Artista multidisciplinar que concilia fotografía y dibujo para crear enigmáticos espacios de turbadoras tensiones. Pensamientos que encuentran en la fotografía el receptáculo dorado de sus luces, en los dibujos los trazos de sus perfiles y en la escultura la mutación de una identidad que, construida sobre sí misma, a su vez se desgarra. Viajes introspectivos hacia un mundo de dualidades, trayectos entre la distancia de los opuestos, apología de la circunspección y del paso escurridizo del tiempo. Obras deconstruidas para proyectar, en el mismo proceso de reconstrucción, multiplicidad de significados que posibilitan la interacción con el público.
Sensualidad, voluptuosidad, condensación intrépida y belleza poética son el resultado de un exhaustivo proceso mental que se aleja de lo inteligible. Con una sólida experiencia a sus espaldas y un gran conocimiento de la técnica pétrea y de los metales, sus esculturas son el receptáculo de una lucha entre la tensión-distensión, robustez–flexibilidad, consistencia-delicadeza, aspereza-suavidad. A partir de unos inicios figurativos navega hacia una elaborada abstracción, donde la sinuosidad lumínica fluye entre formas serpenteantes que retuercen y rizan elementos inflexibles. Textos literarios o fragmentos escritos en diferentes lenguas y engastados en la materia forman una combinación harmónica entre tridimensionalidad y literatura.