María Bleda (Castellón, 1969) y José María Rosa (Albacete, 1970) llevan trenta anños trabajando conjuntamente. La obra de Bleda y Rosa divaga entre el instante captado y la huella palpable del ayer. Fotografías que contienen una disociación entre las experiencias vividas y el momento reproducido en la imagen: el instante es testigo, no como presente, sino sólo como reivindicación de nuestra memoria. El laborioso proceso documental y el estudio histórico de los hechos sucedidos en aquel lugar no pretenden ser un legado documental, sin embargo son una aproximación a los aspectos y comportamientos que formaron parte de generaciones remotas. Retratos arqueológicos, silencio, vacío, ausencia, espacios abandonados de dimensión fantasmagórica son el reflejo de la irreversibilidad del paso del tiempo.
Escultor, pintor y dibujante. Hijo de Josep Bofill y Herrero y sucesor, en una primera etapa, de una saga familiar de belenistas. Su pintura muestra una estética cercana al dibujo, y su escultura es de un realismo de sustrato filosófico dónde se debate la dualidad, la ambigüedad y la lucha de contrarios. En 1983 realizó una Al·legoria de Sant Jordi para el Palau de la Generalitat en Barcelona.
Licenciada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, enriquece su formación en Nueva York, Santiago de Chile e Italia. Se centra en la pintura al óleo, el grabado y la escritura. A partir del año 2009, decide adentrarse en la ilustración, técnica que abandona en 2021, con el fin de dedicarse plenamente a la pintura. Se aleja de la representación figurativa para profundizar en la abstracción y la expresión mínima, donde el blanco casi absoluto emerge como el elemento central. A través de la línea y composiciones matéricas, que combina con colores pálidos y sombríos, genera veladuras sobre un fondo blanco, generalmente. Sus obras tienen un estilo muy íntimo y personal, y narran vivencias y recuerdos de la propia artista. A lo largo de su carrera artística, ha llevado a cabo distintas exposiciones en Barcelona, París, Berlín, México, entre otras ciudades. En el año 2018 recibe la Medalla al Mèrit Cultural de la Generalitat de València.
Su obra escultórica, iniciada dentro del figurativismo, da paso a nuevas formas abstractas. Antonio Borandi colaboró con el reconocido crítico de arte Àngel Marsà en el templo de la Sagrada Familia. Realiza esculturas ligeras en las que la esencia se encuentra en el uso de materiales heterogéneos como la madera o el algodón. Se trata de una obra en la que los volúmenes son proporcionales a los espacios vacíos, y en la que el movimiento se relaciona con la exhalación de un suspiro o las suaves brisas que doblan unas formas que parecen danzar. Un nuevo modo de esculpir en el que la forma no está definida por el peso, sino por los cuerpos que se contornean en el espacio.
Pintor y profesor de pintura. Miembro del grupo Gallot y de la Sala Tres de la Acadèmia de Belles Arts de Sabadell, su trabajo se enmarca dentro del arte abstracto. En 1977 entró en contacto con el poeta Joan Brossa, con el que colaboró en algunas ocasiones. Sus obras se caracterizan por el monocromatismo sobrio que se aleja de la corriente matérica informalista.
Artista multidisciplinar que se adentra en los interrogantes de la dualidad naturaleza-cultura, como consecuencia de un referente romántico frente al consumismo, la masa y el frenesí tecnológico. Expresión de la necesidad de crear nuevas cartografías, mapas cognitivos de una dialéctica de las representaciones, espejos de la metamórfica complejidad social. Su obra “en evolución” demanda la participación activa del espectador, en la que cada uno de nosotros transcribimos el propio diario cotidiano. El trabajo de Perejaume combina las artes plásticas y la literatura, que mediante la metáfora se expande en todas direcciones y obstaculiza, al mismo tiempo, la catalogación de tanta riqueza y complejidad.
Iniciado en el mundo fotográfico profesional, en el campo de la publicidad. Hacia 1976, la obra de Gabriel Brau se vio reconocida sobre todo por el trabajo que llevó a cabo con la fotografía documental y el tratamiento en blanco y negro, y por el espectacular dominio de las luces. Buscando la expresión de la vida, sus fotografías recogen, a través de una mirada personal y respetuosa, el día a día de los pueblos que recorre en sus viajes, especialmente en África, donde intenta buscar en realidades más primigenias la esencia de los valores humanos y la reflexión sobre cómo nuestra sociedad, sobresaturada de información y modelos de consumo capitalistas, los ha ido perdiendo con el tiempo.
La artista se enmarca en una pintura figurativa que fija su atención en la diversidad de matices naturales. Cursó estudios en la Escuela Massana y los continuó en la Llotja de Barcelona. Ha expuesto en salas de prestigio de Venecia y Cataluña.